Iniciativa se enmarca en el contexto del proceso de matrículas en la casa de estudios
La Pontificia Universidad Católica de Valparaíso implementó por primera vez la “Sala de Calma”, a cargo de la Dirección de Inclusión y su programa PUCV Inclusiva, ambos pertenecientes a la Vicerrectoría de Vinculación con el Medio con el objetivo de ofrecer un espacio de contención emocional y sensorial a los nuevos y nuevas estudiantes que se incorporan a las aulas.
La vicerrectora (s) de Vinculación con el Medio de la PUCV, Jacqueline Páez, sostuvo que la Universidad ha dispuesto llevar adelante un proceso, reconociendo la diversidad existente en los estudiantes. “Comenzamos con la difusión de los programas de acompañamiento, luego los ensayos de la PAES con accesibilidad, y hoy -evidentemente- recibimos a los nuevos estudiantes. En ese contexto, efectuamos los ajustes en los espacios para que cada uno de ellos se sienta en plenitud, según sus requerimientos y necesidades”, afirmó la autoridad.
Katerin Gatica, profesional de apoyo del programa, señaló que la iniciativa “tiene la finalidad de ser un lugar seguro, considerando las neurodivergencias”. En ese sentido, la sala que se ubica en el primer piso de Casa Central, entrega un ambiente seguro y cómodo, libre de estímulos para quien lo requiera durante su proceso de matrícula en nuestra Universidad.
Las personas que ingresen a la sala cuentan con audífonos aislantes de ruido que pueden conectar a música de su gusto, así como bandas elásticas para estirar y objetos inflables que permiten entregar un espacio de autorregulación.
Caterina vino junto a su familia desde el sector de Quebrada Alvarado en la comuna de Olmué, para acompañar a su hijo Joaquín, quien ingresó este año a la Universidad y que, durante su proceso de matrícula, requirió del espacio. “Él venía un poco desregulado por tanta información, lo que ha visto y por la presión social también”, sostuvo la madre, quien se acercó al equipo profesional de Dirección de Inclusión para solicitar orientación.
“Lo encontré maravilloso, porque él ahora está escuchando música, descansando; es el mejor momento para darle su espacio”, explicó emocionada, tras haber acompañado al mayor de sus hijos a matricularse en nuestra Universidad. “Es un anhelo de él, ha sido todo lo que ha logrado pese a las dificultades. Ha sido un proceso, pero también nos hace ver que tenemos que prepararnos y él, sobre todo, tiene que pedir apoyo y ocupar estos espacios” añadió.
Fuente: PUCV