Gendarmería y la Universidad del Aconcagua se unieron para apoyar la reinserción laboral de un grupo de once reclusos que trabajan sin custodia
Son cerca de las seis y media de la mañana y once personas privadas de libertad que cumplen condena en el Centro de Educación y Trabajo (CET) de Putaendo emprenden el camino hacia la Viña San Esteban, ubicada en la comuna del mismo nombre, sin custodia alguna. Pese a ello, los mismos once reclusos volverán a la unidad penitenciaria al final del día, luego de una ardua jornada laboral.
Es+Q ta rutina se ha repetido durante el último año sin ningún tipo de alteración, salvo el curso de Manejo de Viñedos al que accedieron en el mes de diciembre. Esta iniciativa, la cual les permitió certificar sus capacidades en el rubro vitivinícola, se realiza por primera vez a personas que cumplen una condena.
Durante un mes los internos fueron capacitados por profesionales de la Universidad del Aconcagua, institución que se unió con Gendarmería para apoyar la reinserción laboral de quienes hoy están privados de libertad.
El Director Nacional de Gendarmería, coronel Tulio Arce, destacó la importancia de reinsertar laboralmente a la población penal.
“Esta capacitación inédita responde a uno de los lineamientos de nuestra Institución, que es entregar herramientas a las personas bajo nuestra custodia, para que puedan enfrentar su egreso de los recintos penales de buena manera y evitar la reincidencia en el delito”.
“En este caso, se están beneficiando usuarios del Centro de Estudio y Trabajo de Putaendo, quienes cuentan con nuestro apoyo y confianza para lograr finalizar su condena bajo un régimen especial, que les permita, gracias a su esfuerzo y buen comportamiento, trabajar mientras se encuentren privados de libertad. Para Gendarmería, es de trascendental relevancia este tipo de acciones, ya que así conseguimos aportar a la sociedad en materia de seguridad con personas reinsertadas y capaces de contribuir como fuerza laboral”, afirmó
En la misma línea la seremi de justicia, Paz Anastasiadis, señaló que: “nosotros, en la quinta región, hemos querido trabajar permanente en la reinserción. Proyectos como este nos permiten fortalecer el trabajo en reinserción laboral”.
Por su parte el rector de la casa de estudios, Gastón Zegard, afirmó que: “Esto es muy potente. Esto contribuye a la sociedad quizás más que muchas otras iniciativas. Los internos que se eligen para los cursos son gente que tiene muchas ganas de reinsertarse, de aprender cosas. A gente como esta lógicamente que hay que tratar de darle oportunidades”
Una de las personas destacadas por el docente fue Sergio Cortés, quien se encuentra cumpliendo condena por tráfico de drogas y que, al igual que sus compañeros, se mostró muy agradecido por la iniciativa de la que son protagonistas.
“En verdad es algo que uno no se espera estando en esta situación, nos ha servido bastante. Yo llevo bastante tiempo privado de libertad y esto es algo que me enorgullece porque no pretendía estar en un lugar así, pero me han dado las oportunidades. Me quedan como tres años y quiero seguir trabajando”.
“Puedo decir que estoy más o menos rehabilitado. Converso con mis hijos y ellos también están orgullosos. En mi situación siempre los he dejado abandonado por mucho tiempo, no supe disfrutar la niñez de ellos y esto me hace sentirme orgulloso de estos logros. Ellos han sufrido harto por mis errores, pero ahora les estoy dando un momento de alegría”, reconoció Sergio.
Pero esta historia no habría sido posible sin el profundo compromiso social de la viña San Esteban, quienes firmaron un convenio de prestación de servicios con el CET de Putaendo en agosto del 2013
“Ellos feliz de ir a clases, era como el recreo después de trabajar, porque los llevaba a otro mundo. Esto les sirve para asegurar que los trabajos van a ser de buena forma y eso va a hacer de buena calidad el producto y, por otro lado, da más facilidades a los supervisores o controladores del grupo de trabajo. Uno de los grandes problemas de la agricultura es que la gente no está capacitada”, expresó Gabriel Moraga, gerente agrícola de la Viña.
Tan solo meses después de la firma del convenio la Viña acogería a los primeros internos en sus vides, las que han pasado a ser un segundo hogar para quienes hoy se certificador en este innovador programa y ven con esperanza lo que les depara el futuro.
Fuente: Gendarmería de Chile.