En las últimas dos semanas, se ha intensificado el debate sobre la implicación de niños en delitos graves como asaltos, encerronas y portonazos, por el aumento del 9,8% en los delitos cometidos por menores de 18 años. Esta discusión sobre la “imputabilidad penal” de la infancia tiene raíces históricas en Chile, desde que niños y niñas solo eran “visibilizados” al ser detenidos por hurtos para alimentarse mientras vivían en la calle (Jorge Rojas, Historia de la infancia en el Chile Republicano, 1810-2010).
La visión “adultocentrista” de la niñez y adolescencia, que ignora sus procesos de desarrollo y se enfoca en los efectos mediáticos, solo los acusa y busca penas, incluso proponiendo reducir la edad de penalización a 12 años. Este discurso punitivo sigue invisibilizando a la niñez, contraviniendo los principios de la Convención sobre los Derechos del Niño y otros marcos internacionales de DDHH que Chile ha firmado, así como la evidencia científica internacional.
Pero hay que recordar que no debemos criminalizar a la infancia ni “adultizar” sus conductas, ya que no cuentan con el mismo nivel de voluntad o juicio respecto de sus decisiones. Como señalan especialistas, estamos llegando tarde, sin políticas efectivas para promover sus derechos, ni prevenir problemas, y sin reconocer nuestras fallas de política pública.
Nuestra propuesta debe ser preventiva, transformando las condiciones estructurales de las familias en áreas como vivienda, salud, educación, y cultura. Es clave formar a padres y cuidadores en modelos de crianza basados en el apego, la prosocialidad, los afectos, la educación socioemocional, y el establecimiento de límites. Creando también comunidades seguras y estimulantes para vínculos sanos y libres de violencia.
Como país se hace urgente cambiar las políticas sociales y socioculturales para mejorar los entornos de vida de los niños y niñas más vulnerables. No podremos prevenir la infracción de ley si no abordamos estos temas. ¿Por qué no vemos a los niños en su pobreza, víctimas de maltrato o violencia urbana, sin acceso a salud o siendo cooptados por el crimen, pero sí los vemos cuando ya están involucrados en delitos?
El desafío es ver a la niñez antes, no llegar tarde. Criminalizarlos y aplicar más penalización sólo profundizará sus heridas y las del país.
Juan Pablo Venegas Gormáz
Gerente de Incidencia Pública World Vision Chile
Fuente: e-press