Santiago, 5 de mayo de 2016.-La situación que se está viviendo hoy en la isla de Chiloé es sin duda una de las mayores catástrofes ambientales de los últimos años registradas en el país. Es en extremo grave y debe quedar total claridad sobre las reales causas de esta crisis.
Esta crisis ha estado antecedida por una serie de eventos que incluyen masiva varazón de jibias, machas, sardinas en los últimos meses.
A estos hechos se suma la mortandad de miles de toneladas de salmones en los centros de cultivos de la Región de Los Lagos por causa de FAN (floraciones algas nocivas, conocidas como marea roja). Las autoridades ordenaron verter miles de toneladas de salmones en descomposición a 75 millas náuticas de Ancud, medida a la que los pescadores de Chiloé se opusieron, ya que el mar constituye su fuente de trabajo, subsistencia y desarrollo cultural.
Durante el mes de Abril se ha generado una expansióninédita de marea roja en las costas de Chiloé. Este fenómeno ha estado acompañado de la mortandad de masiva de mariscos como machas, piures, picorocos, jaibas, locos, lapas, choros y cholgas que yacen muertos en las playas de la Isla. La comunidad asegura que se trata de una situación jamás vista en episodios anteriores de marea roja.
Existe evidencia de los múltiples daños que provoca la salmonicultura en nuestros océanos y el medio ambiente (alta presencia de antibióticos y químicos, impactos en el ecosistema marino por escape de salmónidos, descarga de desechos y residuos en el mar, uso intensivo sobre pasa capacidad de carga del sistema marino, entre otros) y ante una crisis como al actual, es necesario evaluar en profundidad a esta Industria. Hay una clara y probada toxicidad al descargar miles de toneladas de desechos de salmones al mar, por lo que hoy es urgente revisar qué ocurrió con el vertimiento de salmones en descomposición y cuáles son sus efectos reales sobre el ecosistema marino.
Nos sumamos al llamado del Centro de Estudios Sociales de Chiloé (CESCH) a esclarecer lo ocurrido, a través de la solicitud vía ley de transparencia de los distintos documentos relativos al mecanismo de descarte de salmones muertos. Exigimos la realización de estudios independientes sobre lo ocurrido.
El escenario actual ha significado impactos no sólo económicos, sino también ambientales y sociales inconmensurables para toda la zona, de los cuales hasta el momento no hay responsables.
Esto da cuenta de la necesidad de tener un sistema de reacción ante crisis ambientales, que involucren una acción coordinada de diferentes instituciones y no sólo la entrega de un bono que además de insuficiente, está lejos de ser la solución.
Solidarizamos con los pescadores y comunidad afectada y exigimos que se investigue para identificar con claridad las responsabilidades y dar solución no sólo a la crisis actual, sino al modelo de sobre explotación marina que ha primado en nuestro océano.
Fuente: Greenpeace en Chile.