Santiago, 17 de diciembre. Una pregunta clave que enfrentamos como país es si el nivel de competencias básicas y habilidades de los trabajadores y de la población chilena en general, están al nivel que requieren las nuevas demandas de un mundo globalizado.
Un primer esfuerzo por evaluar el nivel de competencias básicas de la población fue realizado en el año 1998, cuando se desarrolló la Encuesta Internacional de Alfabetización Adulta. Los resultados de ese estudio, que permitieron comparar el nivel de competencias de la población chilena con países de la OCDE, reflejaron que Chile obtuvo el menor puntaje promedio. En el año 2013, Chile se somete a una segunda medición, del mismo instrumento, con el objetivo de evaluar los cambios en el nivel de competencias básicas de la población adulta chilena.
Los resultados de este estudio, que se realizó a partir de la alianza entre la OTIC de la Cámara Chilena de la Construcción (CChC) y el Centro de Microdatos de la Universidad de Chile, indican que más del 80% de la población chilena se ubica en los primeros dos niveles de alfabetización adulta –de un total de cinco–, en todos los dominios.
Esto quiere decir que la gran mayoría de la población adulta no es capaz de comparar e integrar información, así como tampoco de realizar inferencias o cálculos algebraicos a partir de la información presentada. Por otra parte, el estudio también reflejó que el nivel promedio de alfabetización en la población adulta chilena no ha variado significativamente con respecto al exhibido en 1998.
Leonardo Daneri, Presidente del OTIC de la CChC, señaló que “en nuestra actividad se hace evidente la existencia de marcadas brechas en la capacidad de los trabajadores para enfrentar la demanda de un mercado laboral cada día más complejo y especializado. Este estudio se realizó con el ánimo de contribuir a un adecuado diagnóstico y aportar con ello a la realización de mejores y más pertinentes políticas públicas en el ámbito de la educación, la formación y la capacitación, y de este modo impulsar la productividad de los trabajadores del país”.
A su vez, Bernardo Ramírez, Gerente General del OTIC de la CChC, agregó que “durante las más de 45 millones de horas de formación y capacitación en las que hemos intermediado, la Corporación ha constatado la persistencia de vacíos relevantes de habilidades básicas en los trabajadores. En las últimas décadas se han producido cambios tecnológicos importantes que han modificado nuestras formas de interactuar y trabajar. Para que las personas se puedan desarrollar de forma efectiva en esta nueva sociedad, es importante desarrollar medidas que permitan a las personas aumentar sus niveles de competencias básicas”.
SIN VARIACIONES IMPORTANTES EN 15 AÑOS
En cuanto a los resultados, el estudio midió las competencias básicas de tres dominios distintos (Prosa, Documentos y Cuantitativo) en una escala de 0 a 500. Los puntajes promedios para el año 2013 son: Prosa 230, Documentos 226 y Cuantitativo 219 (Durante el año 1998, los resultados fueron los siguientes: Prosa 226, Documentos 223, y Cuantitativo 217). David Bravo, profesor de la Pontificia Universidad Católica y responsable del estudio realizado tanto en 1998 como en 2013, señaló que “estos resultados nos muestran que las competencias básicas de los chilenos se han mantenido estables durante estos últimos años, por lo que aún existen vacíos relevantes de habilidades básicas en los trabajadores, pese al aumento en la escolaridad alcanzada por éstos”.
Junto con medir el nivel de competencias básicas que actualmente tienen los chilenos, el estudio también utilizó un modelo de regresión que permitió dilucidar algunas de las variables más significativas que impactan el nivel de competencia de los individuos.
LA ESCOLARIDAD DE LA MADRE PESA EN LA FORMACIÓN DE LOS HIJOS
Entre estas variables se encuentran los antecedentes familiares. Como el nivel de educación de las personas en general es una variable que está muy correlacionada con el nivel de educación de los padres, se encuentran niveles promedios de competencias básicas más elevadas en aquellas personas con padres con mayor nivel educacional, mostrando más impacto o mayor relación la educación de la madre. Mientras sólo un 20% de las personas cuyas madres alcanzó un nivel educacional básico incompleto tiene educación superior, este porcentaje alcanza el 73% si la madre tiene educación superior.
Con respecto a los hábitos de escritura, los niveles de competencias en los tres dominios son mayores en aquellas personas que escriben cartas o documentos con alguna frecuencia, que en aquellas personas que nunca realizan este tipo de actividades. En el ámbito lector, el estudio mostró que un 42,1% de las personas que leen diarios diariamente se encuentra en el Nivel 1 –el más básico del dominio cuantitativo. Este porcentaje aumenta a 67,4% entre las personas que nunca leen diarios o revistas.
El puntaje promedio en cada uno de los dominios de competencias básicas muestra una fuerte relación con el hecho de haber realizado una capacitación o no. Entre las personas que han realizado una capacitación en los últimos 12 meses y las que no han realizado alguna capacitación, existe una diferencia de 20 puntos en prosa, 14,6 en documentos y 22 en el dominio cuantitativo.
LOS HOMBRES TIENEN MAYOR DOMINIO DE MATERIAS DURAS
Con respecto a la característica de género, los hombres obtienen en promedio mayor puntaje en los dominios documentos y cuantitativo que las mujeres, siendo significativa esta diferencia, pero no existe diferencia significativa por género en el dominio prosa. Frente a la relación entre el nivel de competencias básicas y la edad de la persona, las personas más jóvenes obtienen un mayor puntaje en todos los dominios.
ANEXO NOTA DE PRENSA
Metodología del estudio
La población objetiva de la Encuesta de Alfabetización de Adultos 2013 se definió como las personas entre 15 y 65 años, residente en hogares particulares de las quince regiones del país, tanto en sus áreas urbanas como rurales. De esta población, fueron seleccionadas un total de 3.532 viviendas, en los que se logró aplicar al menos un instrumento.
Las competencias básicas, evaluadas a través de los instrumentos desarrollados internacionalmente, se clasifican en tres dominios:
Prosa: las habilidades y competencias necesarias para comprender y utilizar información contenida en textos tales como editoriales, artículos noticiosos y textos literarios. |
Documentos: las habilidades y competencias básicas necesarias para ubicar y utilizar información contenida en documentos tales como cuadros, mapas, gráficos, índices, etc. |
Cuantitativo: las habilidades y competencias básicas necesarias para aplicar operaciones aritméticas incorporadas en materiales impresos, tales como los cálculos requeridos para llenar formularios de depósitos, estimar tiempos a partir de horarios, etc. |
El estudio utilizó una metodología desarrollada y aplicada por Educational Testing Service (ETS) para medir las competencias básicas en una escala de 0 a 500. La competencia en cada dominio es expresada en un puntaje, el que permite determinar el nivel de competencias básicas de un individuo dentro de los cinco niveles definidos a continuación:
Nivel 1 | Entre 0 y 225 puntos | Indica un pobre nivel de competencias básicas en la persona. Un individuo en este nivel no tendrá la capacidad de determinar la cantidad correcta de medicamento que debe administrar un niño a partir de la información impresa en la caja del medicamento. |
Nivel 2 | Entre 226 y 275 puntos | Las personas que obtienen este nivel sólo pueden lidiar tareas simples, y claramente establecidas. |
Nivel 3 | Entre 276 y 325 puntos | Considerado el mínimo adecuado para hacer frente a las exigencias de la vida cotidiana y el trabajo de una sociedad compleja. |
Nivel 4 | Entre 326 y 375 puntos | Personas que muestran habilidades de procesamiento de información de orden superior. |
Nivel 5 | Entre 376 y 500 puntos |
Fuente: Hill+Knowlton Strategies