El mundo evangélico, no comparte en ningún caso las manifestaciones de violencia verbal o física. Estas son contrarias a la libertad de opinión y de conciencia.
Creemos legítimo tener diferencias sobre un tema en particular. Esta legitimidad, no permite a nadie pretender imponer conciencia, valores y religión a punta de amenazas del infierno y la condenación eterna. Este tipo de proceder, nos remota a las acciones de la edad media en donde el oscurantismo y la intolerancia llevo a millones a la hoguera.
Los evangélicos, pedimos respeto para todas las personas, al margen de su condición y pensamiento.
Rechazamos de la forma más categórica la discriminación, el acoso y fanatismo religioso inspirado en la intolerancia. En este sentido creemos importante que la sociedad en su conjunto se protejan de estos brotes de incitación al odio.
Obispo Emiliano Soto.
Presidente
Mesa Ampliada de las Iglesias Evangélicas
Consultas al 9 222 55 31