Compañeras y compañeros,
Quiero darles la bienvenida a todas y todos quienes han llegado hoy hasta aquí, en la víspera de conmemorar 43 años del quiebre de nuestra democracia, cuando la traición frenó la opción de todo un pueblo por justicia y dignidad; cuando nos fueron arrebatadas tantas vidas, incluyendo a nuestro querido presidente Salvador Allende.
Hoy, quiero rendir un homenaje a quienes entregaron su vida por la defensa de la democracia, a quienes perdieron la libertad y sufrieron lo indecible en la prisión, a los que debieron dejar la patria. Y simbolicemos a esos patriotas en la figura de nuestro querido Orlando Letelier, asesinado en Washington hace 40 años.
La lección moral y política del término de la convivencia democrática en Chile ha marcado y orientado nuestro accionar como socialistas. Aprendimos que el socialismo sin democracia no es socialismo, e inspirados en el Presidente Allende y en su práctica política, hemos podido lograr amplios acuerdos para recuperar y profundizar nuestra convivencia.
Compartimos los mismos sueños que movieron a un pueblo, que generaron el anhelo de los socialistas y de Salvador Allende, por construir un país solidario, un país que alcanzara la igualdad en la que todas y todos pudiésemos disponer de una vida digna y justa.
Aquí estamos como ayer, buscando los mejores caminos para hacer de Chile una patria solidaria y generosa, tal como siempre lo anheló Salvador Allende.
Este es nuestro propósito. Ese objetivo es el que debemos volver a plantear una y otra vez al pueblo de Chile, porque a él nos debemos.
Compañeras y compañeros,
Sé que para muchos no ha sido fácil llegar hasta aquí. Sé que representa un esfuerzo adicional en medio de sus campañas, cuando tenemos el deber no sólo de consolidar lo alcanzado, sino que también ampliar nuestra presencia en los gobiernos municipales, porque muchos de los valores progresistas se juegan en el espacio local, y porque el 2017 comienza a escribirse este 23 de octubre.
Como Dirección del Partido tenemos muy clara esa prioridad. Al mismo tiempo, debemos cumplir con la obligación legal de adaptar nuestros estatutos, de acuerdo a la nueva ley de partidos políticos.
Este encuentro someterá a la discusión y al debate -conforme a la nueva ley- las adecuaciones al estatuto, elaboradas por nuestra Dirección. Esperamos que su resultado nos permita elevar nuestros estándares de probidad, transparencia y democracia interna.
Compañeras y compañeros,
Es evidente que el momento por el que hoy atravesamos es adverso. El deterioro profundo del vínculo entre la política y la ciudadanía, las dificultades de nuestra economía que muestra un bajo crecimiento y golpea el empleo, errores de diseño, gestión y comunicación de lo realizado, han impactado especialmente al Gobierno y por cierto, también a nuestra coalición y al propio Partido Socialista.
Reiterados estudios de opinión muestran la pérdida de adhesión del Gobierno, la falta de credibilidad en las reformas que hemos llevado adelante, y la baja valoración de la propia Presidenta y su gabinete.
Claramente no es un cuadro alentador, especialmente porque este descrédito ante la ciudadanía también se extiende hacia los partidos políticos y sus dirigentes, como hacia otros actores e instituciones del país.
A partir de esta realidad, manifestamos una preocupación sincera por reconocer los errores, apoyar la definición de nuevas orientaciones, aportar con nuestros mejores equipos y dialogar efectivamente con la ciudadanía sobre los positivos cambios que se van a producir en la calidad de vida de las personas, a través de las transformaciones en curso.
Sin embargo, no comparto las voces que buscan instalar la idea que Chile vive una grave crisis. Ha sido la conducta de empresarios, militares, sacerdotes y políticos lo que ha permitido esta amplia desconfianza ciudadana. Pero las instituciones funcionan, la Justicia actúa con independencia, y el Parlamento legisla normalmente.
Tal como dijimos en el Consejo anterior, el ex presidente Piñera ha tomado un rol protagónico en la construcción de este imaginario catastrófico, olvidando que él es parte del problema, y que ha sido el emblema de la relación entre política y negocios, ahora reflejado en nuevas denuncias, esta vez internacionales. Tanta inconsecuencia es inaceptable en un debate público honesto sobre nuestras dificultades actuales.
Asimismo, tenemos que hacernos cargo del pesimismo instalado. Aunque la mayoría de las personas valoran la calidad de vida que tienen, temen quedar sin trabajo, estiman que el bajo crecimiento de la economía puede afectarles directamente y les preocupa enfrentar problemas de inseguridad, mala atención de salud, y avizoran el riesgo de terminar con una pensión miserable, después de todos sus años de trabajo.
Estos temores son enteramente comprensibles. Pero este pesimismo no debe impedirnos ver cómo millones de chilenos le ponen el hombro, mejoran sus barrios, fundan organizaciones sociales, participan de sus iglesias, crean obras culturales, inician emprendimientos, y usan toda su creatividad para innovar o ayudar al prójimo. Ese Chile existe y merece tanta consideración como la visión oscura del país que se cae a pedazos que algunos pretender instalar.
Enfrentar las dificultades ha sido un motor de nuestra acción política desde siempre, ese es nuestro ADN, esa es nuestra historia.
Es con esa convicción que debemos ir adoptando definiciones importantes para el futuro próximo, cada una en el momento en que corresponda. Lo principal es tener siempre presente la certeza que no somos nada sin la confianza y la adhesión de la gente.
Por lo pronto, tenemos dos desafíos inmediatos: el municipal yla culminación lo más ordenada posible del Gobierno.
Ya lo decía: el 23 de octubre nos jugamos la consolidación de la presencia de nuestras propuestas en el ámbito local. La participación y el protagonismo de los ciudadanos, la protección de los barrios, el fortalecimiento de consultorios y escuelas, y la transparencia de los gobiernos locales, han sido planteamientos históricos de nuestro partido.
Al mismo tiempo, las elecciones de octubre son importantes para nuestra coalición. En circunstancias duras como las actuales, un triunfo municipal permitirá mirar el cuadro actual con otros ojos. No se trata que un resultado electoral nos nuble de ver problemas y dificultades, pero un cambio de ánimo es deseable y bienvenido en la Nueva Mayoría.
Estoy segura que ganaremos. El 23 de octubre habrá más alcaldes y más concejales nuestros que Chile Vamos. El 23 de octubre tendremos más votos que nuestros adversarios. ¡Qué distinto es perfilar nuestra acción en el próximo período con más que con menos votos!
Lo anterior nos exige cumplir los acuerdos que hemos asumido. Apoyar con lealtad a todos nuestros candidatos de la Nueva Mayoría, tal como lo acordamos al interior de nuestra coalición, y lo reitero, a todas y todos con quienes nos comprometimos. En esa línea, espero que para las próximas elecciones, contemos con el mecanismo de las primarias obligatorias –proyecto de ley que propuse- para que en el caso que se presenten más de dos candidaturas, sea la propia ciudadanía quien resuelva, y no quede supeditado a los acuerdos internos de cada partido o de la coalición.
Por otra parte, no es irrelevante la cantidad de ciudadanos y ciudadanas que asistan a votar. Una abstención creciente sería un mal signo de la calidad de nuestra política. Nuestras campañas deben insistir en el llamado a votar. Las personas tienen que asumir que es un derecho que deben ejercer para corresponsabilizarse en la gestión de los municipios que habitan.
La otra gran tarea que tenemos entre manos es trabajar, en lo que nos corresponda, para que el Gobierno termine su ciclo con una mayor adhesión. Como socialistas ya lo hemos dicho y lo hemos asumido responsablemente: somos el Partido de la Presidenta, la acompañaremos con toda nuestra fuerza y lealtad hasta el fin de su mandato.
Los socialistas hemos puesto todo nuestro empeño para el éxito del Gobierno y hemos apoyado sin reservas a la Presidenta. Pero seamos claros, somos cien por ciento leales, no incondicionales, y esto nos obliga a señalar con claridad y en el espacio adecuado, los errores cometidos.
Las dificultades que debe enfrentar hoy nuestro Gobierno son grandes. Nosotros creemos que siempre es posible mejorar el diseño y la gestión para implementar las políticas públicas. En esa línea, continuaremos colaborando con nuestros mejores cuadros, y haremos todos los esfuerzos que estén en nuestras manos. Por lo mismo, esperamos que se hagan todos los cambios que nos permitan cumplir los compromisos asumidos.
Además, tal como lo hemos venido diciendo, una de las dificultades principales a que nos enfrentamos es lo que hemos llamado el “Fuego Amigo”, acentuado en este contexto de debilidad. Necesitamos consolidar instancias de mayor diálogo al interior de la Nueva Mayoría, para establecer las maneras más adecuadas de resolver nuestras diferencias y arribar a resultados que nos beneficien a todos, con una mirada puesta en el interés de Chile.
Esta es una hora que requiere diálogo y alturas de miras. No es el momento de las pequeñeces.
¿Qué esperamos del período que viene?
Debemos hacer todo lo que sea necesario para reactivar la economía, incluyendo un entendimiento mayor con el sector privado, tal como los senadores socialistas se lo planteamos a la Presidenta Bachelet. No podemos bajar los brazos, porque está de por medio la protección del empleo de muchos chilenos y chilenas.
Los principios de equilibrio, responsabilidad y justicia social deben marcar el debate relativo a la Ley de Presupuesto del 2017. Esto implica que la inversión sectorial debe dar cuenta de un plan que tenga como fin la reactivación de la economía, la creación de nuevos puestos de trabajo y la recuperación de la confianza de los inversores.
Se requiere incrementar la capacidad de gestión de los ministerios sectoriales, que son los que materializan los llamados a licitación, que estimulan la posibilidad de concesionar o de ejecutar obras y programas.
Requerimos agilidad y voluntad, no excusas.
La exitosa última licitación de suministros eléctricos sin precedentes, que beneficiará a Pymes y hogares de Arica a Punta Arenas, es un buen ejemplo a seguir.
En materia educacional, debemos seguir avanzando en gratuidad y dejar establecido el nuevo marco normativo para la educación superior, que fortalezca los planteles públicos, que garantice calidad y permita fiscalizar el uso adecuado de los recursos fiscales en los planteles privados, evitando el lucro y la elusión. Para lograrlo, es fundamental profundizar el diálogo y acuerdo con los rectores, y en lo posible, con el movimiento estudiantil.
También deberíamos ser capaces -de aquí al fin del gobierno- dejar establecidas las bases del nuevo sistema de educación pública, que permita reducir las brechas de calidad y recursos entre comunas ricas y pobres.
Tenemos el desafío de terminar los trámites legislativos de aquellos proyectos que nos parecen relevantes, como la elección de Intendentes, con sus nuevas competencias y atribuciones. Sé que hay muchas voces disidentes en el Congreso con esta propuesta, pero debemos ser capaces de buscar un acuerdo que nos permita cumplir el compromiso presidencial y avanzar en la descentralización.
Acabamos de aprobar la idea de legislar sobre la interrupción del embarazo por tres causales, y valoro los votos de los senadores Goic, Girardi y Rossi, porque estoy convencida que este es un derecho de las mujeres, que a nadie obliga, pero que debe ser restaurado en nuestro país.
Compañeros, compañeras
Por otro lado, es necesario dejar establecidos aquellos temas que nos parecen de interés estratégico para Chile, y que han sido parte del debate en este último período.
Hemos sido testigos de la gran movilización nacional por mejores pensiones. El Gobierno ha iniciado un diálogo que busca un acuerdo amplio sobre la materia. En ese diálogo, el Partido Socialista se hará presente con propuestas que permitan reformar el sistema y debemos avanzar al menos: 1) tomar medidas urgentes para elevar las pensiones más bajas; 2) establecer un sistema tripartito de financiamiento, que incluya contribuciones de empleadores, trabajadores y el Fisco; 3) construir con esas contribuciones un pilar colectivo de administración estatal para establecer principios de solidaridad con los que menos tienen; 4) y pensar a futuro en un sistema universal para todos los chilenos.
Por otra parte, un asunto que exige una atención inmediata es la situación financiera de CODELCO. La minera estatal requiere de una capitalización en el corto plazo. Dada la situación económica actual del país y la priorización del gasto público, para financiar el plan de inversión de CODELCO -que ascienden a 21 mil quinientos millones de dólares- apoyamos la propuesta del Presidente del Directorio, Oscar Landarretche, en orden a utilizar recursos ya entregados por CODELCO -y no gastados por las FFAA- que se agrupan en el Fondo de Contingencia Estratégica, lo que permitiría a esa empresa acceder a recursos en el corto plazo.
Finalmente, los socialistas pensamos que llegó la hora de derogar la Ley Reservada del Cobre.
Compañeras y compañeros,
En los últimos días hemos visto que se han manifestado diversos liderazgos para enfrentar futuros desafíos presidenciales, al interior de la centroizquierda. En mi caso, he explicitado mi voluntad de ser candidata si así lo deciden los socialistas. También he señalado la necesidad que el liderazgo de la Nueva Mayoría se resuelva a través de una primaria de amplia participación ciudadana, y he reiterado la importancia de disponer de un programa común y un acuerdo parlamentario, como base de cualquier opción electoral, que nos permita proyectar a la Nueva Mayoría.
Al respecto, y tal como lo ha resuelto unánimemente la Comisión Política (cito textual): “le corresponderá al Comité Central del PS -una vez efectuados estos comicios municipales- decidir el cronograma y el método con el que el Partido Socialista abordará su conducta política frente al desafío presidencial, parlamentario y de representantes regionales del próximo año”.
Permítanme una reflexión. Cuando los políticos sólo le hablan a otros políticos tenemos un problema, porque dejamos de hablarle a quienes nos importan: las y los ciudadanos. Por ello, valoro la resolución de la Comisión Política y reitero: Creo que presidencializar el debate público hoy es un error. La gente quiere que hablemos de sus propios problemas, de sus desafíos y de sus anhelos. Tenemos que reconectarnos con las reales preocupaciones de la ciudadanía.
Cuando los ciudadanos cuestionan tan severamente a los liderazgos y a las instituciones es urgente responder con toda honestidad: ¿cuál es hoy el sentido de lo que proponemos al país? ¿Hacia dónde queremos avanzar y cuál es el camino para lograrlo?
Tal como lo dije anteriormente, tengo confianza en el futuro de Chile y en lo que podemos hacer los chilenos en común. Debemos imaginar un Chile más prospero, con menos diferencias sociales. Por eso, las transformaciones iniciadas por la Presidenta Bachelet son señeras y su inspiración permanecer: Recursos mejor distribuidos, una mejor salud y educación, seguridad social para todos, ciudades amigables y seguras, una constitución discutida y aprobada en democracia son las aspiraciones de millones de chilenos. Es cierto que atravesamos por dificultades, pero el horizonte está más claro que nunca.
Por lo mismo es tan importante el debate de ideas. Ese es nuestro desafío de cara al 2017. Debemos decirle al país cuál es la diferencia entre quienes sólo critican y quienes tenemos propuestas, y la decisión de jugarnos por un Chile mejor.
Hoy, quiero invitar a todas y todos los socialistas a trabajar colectivamente, unidos y organizados, en la elaboración de las propuestas programáticas que queremos para el futuro de Chile. Somos nosotros, más que nadie, quienes tenemos el deber de poner en el centro del debate político la solidaridad; la participación ciudadana; el rol de un nuevo Estado para una nueva economía; y un desarrollo inclusivo y sostenible
Los ciudadanos tendrán que decidir con qué propuesta quieren ser gobernados. A su vez lo que podrá mantener unida a la Nueva Mayoría será este acuerdo respecto a una imagen compartida del Chile de las próximas décadas. Nada más, ni nada menos.
Nos quedan 18 meses para terminar este gobierno y tenemos que continuar trabajando hasta el final. Cuidemos nuestra unidad, nuestra institucionalidad y nuestra capacidad de tomar decisiones de manera colectiva. Estamos por cumplir treinta años de unificación y siempre, en todo momento álgido, primó la madurez y la mirada de largo plazo.
Cuenten conmigo para promover ese clima entre nosotros. Hasta ahora lo hemos hecho y espero que sigamos trabajando en función de esos principios, comenzando por el desafío municipal, pasando por un acuerdo programático unitario de toda la centroizquierda, y culminando con la definición del liderazgo, en el marco de elecciones primarias.
Compañeros y compañeras:
A los que compiten en las próximas elecciones municipales les envío un mensaje de respaldo y apoyo en nombre de todo este Consejo aquí reunido. Enfrentemos las próximas elecciones con fuerza y confianza. Con la fuerza que nos entrega el testimonio y el ejemplo de los que antes lo dejaron todo por cambiar Chile. De aquellos que en tiempos duros defendieron nuestros ideales de dignidad y justicia. Y con la confianza de que nuestras ideas avanzan en la sociedad chilena, que nuestros sueños terminan por hacerse realidad porque representan los propósitos nobles de amplias mayorías.
¡A ganar en octubre!
¡A apoyar hasta el ultimo día a la Presidenta Bachelet!
¡Venceremos!
Fuente: Prensa PS.