En fecha previa a las elecciones efectuadas en la CUT recientemente la CONFUSAM realizó una denuncia pública sobre un proceso plagado de irregularidades que le daban al evento el carácter de un fraude destinado a torcer la voluntad real de las base de la central. Ya el solo hecho de realizar la votación por el sistema de voto ponderado supone una violación al mandato entregado por un Congreso de la CUT hace ya más de una década en el que se resolvió por la máxima autoridad de la organización elegir a sus dirigencia nacional por el mecanismo de voto universal, dicho mandato fue simplemente desconocido por el Consejo Directivo Nacional de la época y los sucesivos hasta nuestros días.
Concretado el fraude electoral, previo a la entrega formal de resultados, una lista se proclamó vencedora, lo que suponía entregar la presidencia de la CUT a dicha lista, forzando un acuerdo entre las listas que resultaron con los lugares segundo y tercero desplazando al supuesto vencedor a un cargo secundario apropiándose dichas listas de las principales responsabilidades, supuestamente de modo transitorio y anunciando la convocatoria un Congreso Extraordinario y nuevas elecciones en un plazo de un año.
Conocidos los hechos, no es posible no hacerse cargo de que ambas listas previamente a la constitución de los cargos principales reconocieron serias irregularidades, proponiendo una, nuevas elecciones en un mes y la otra, anunciando impugnaciones en tribunales. Más sorprendente y curioso por decir lo menos, es que la lista supuestamente vencedora, al verse relegada a un segundo plano, reconozca haberse enterado de graves irregularidades previas al proceso electoral que no denunció en las instancias respectivas y que afectarían principalmente a la lista de quien asume la presidencia con la segunda mayoría.
No podemos sentirnos sorprendidos con el inmediato reconocimiento que el Gobierno hace de la nueva directiva en tanto en cuanto dicha directiva ha dado muestras más que de sobra de su disposición a llegar a acuerdos aún en contra del sentir de las grandes mayorías de trabajadores del país, lo que hace de dicha directiva un aliado más que deseable en los difíciles momentos por los que cruza el Gobierno actual.
Para la CONFUSAM la directiva surgida de acuerdos entre dirigentes que habían reconocido explícitamente las graves irregularidades en las elecciones es de suyo ilegítima y además, su concreción constituye un agravio a los principios de la democracia y de transparencia que deben caracterizar los actos del mundo sindical. Se ha hecho un daño irreparable a la CUT lesionando su capacidad de representar a las y los trabajadores del país en momentos en que a Chile le hace falta una CUT a la altura de los desafíos actuales, entre los que destaca el NO+AFP. Esto ocurre además con la complicidad del Gobierno y de los partidos políticos con presencia dominante en la central, partidos que ven en la organización de las y los trabajadores un espacio de poder a disputar y a controlar en beneficio propio.
Los complejos momentos que vive Chile demandan la presencia de una CUT con capacidad de poner con fuerza las demandas ciudadanas más urgentes tales como salud, educación y pensiones decentes y para ello, la CUT debe recuperar su legitimidad ante sus bases y para ello, es necesario antes de que finalice el presente año, convocar a un Congreso Extraordinario, refundacional y a nuevas elecciones a voto universal. Independientemente de que a la presidenta nominada le urja mantenerse en el cargo en la perspectiva de mantener el control de la central, no es posible seguir postergando la plena democratización y transparencia de la principal organización sindical chilena.