- Así lo destacó durante la conmemoración de la Reforma Agraria, donde agregó que fue “un paso transformador para la vida de los campesinos y campesinas de nuestro país, impulsado con decisión y fuerza por parte del Estado”.
En el Patio de Los Cañones, la Presidenta de la República, Michelle Bachelet, junto al ministro de Agricultura, Carlos Furche, conmemoró los 50 años de la Reforma Agraria en el marco de la celebración del día del campesino y la campesina.
En la actividad la Mandataria sostuvo que “lo que conmemoramos no es sólo una fecha, estamos –como se dijo por quienes me han precedido- conmemorando el inicio del proceso de transformación social más importante vivido por el país durante el siglo XX, aquel que terminó con un sistema de relaciones sociales injusto y arcaico -el inquilinaje-, que condenaba en forma directa a casi 500 mil personas a vivir en la dependencia y sin derechos ciudadanos básicos”.
La Reforma Agraria fue un proceso de desarrollo económico, social y de promoción humana que se experimentó en Chile y muchos otros países de América Latina.
En Chile, cerca 1,8 millones de inquilinos, pequeños productores agropecuarios y asalariados agrícolas vivían en muy malas condiciones y se quedaban fuera de los procesos de modernización que empezaba a darse en nuestro país, ahondando las diferencias socioeconómicas de los diversos sectores sociales e incrementando los niveles de pobreza rural.
Los diagnósticos nacionales e internacionales realizados a finales de los 50 y principios de los 60 indicaban que existía una gran concentración de la tierra. Además, había un mínimo nivel de sindicalización y el sector agrícola se encontraba estancado, creciendo un 1,5% anual, lo que generaba un incremento en las importaciones de alimentos.
La máxima autoridad enfatizó que esta reforma fue “Un paso transformador para la vida de los campesinos y campesinas de nuestro país, impulsado con decisión y fuerza por parte del Estado. Un paso que implicó pasar de la total vulnerabilidad de los campesinos en materia laboral y vital, incluso, a la ley de la sindicalización”.
Durante su alocución destacó que “hoy hay miles de iniciativas y proyectos campesinos que florecen en todas las regiones del país, y ello es el resultado de un sostenido esfuerzo de capacitación, asistencia técnica, financiamiento e innovación, realizado por los propios productores y productoras y por las agencias del Estado”.
Asimismo, explicó que se ha abierto la comercialización de productos campesinos al mercado interno, en conjunto con promover su acceso a mercados internacionales. Las nuevas iniciativas como el Programa Sello Manos Campesinas, la Red de Tiendas Mundo Rural, el mejoramiento de alrededor de 100 mercados campesinos, o el Programa de Equipamiento y Maquinaria Asociativa.
Se ha ajustado y mejorado el Programa de Desarrollo Territorial indígena, apoyando el desarrollo productivo de 48 mil familias de los 9 pueblos indígenas. Y en el marco del Plan de Reconocimiento y Desarrollo Araucanía, generaremos un nuevo instrumento financiero para apoyar el desarrollo productivo de los predios adquiridos por CONADI y también para financiar operaciones e inversiones de las pequeñas explotaciones.
La Comisión Nacional de Riego ha invertido más de lo que se había hecho en 10 años, alcanzando más de 28 mil beneficiarios. Y hemos recuperado 62 tranques construidos durante la reforma agraria que estaban abandonados.
Al finalizar sus palabras manifestó que “hace 50 años, nuestro país dio el paso contundente de reconocimiento, de justicia y de equidad con el mundo rural. Y el hito que hoy conmemoramos nos recuerda que no hay imposibles cuando una patria se propone avanzar y lo hace con la unidad suficiente. Nos demuestra que hasta las estructuras más arraigadas pueden modificarse cuando el motor del cambio es la necesidad de dignidad, de justicia y de equidad de un pueblo entero”.
Fuente: Presidencia.