El académico de la Universidad de Santiago, Dr. Gonzalo Martner, afirma que el argumento del ministro del Trabajo, que consideró “imposible” aumentar el monto a esta cifra, obedece a una razón más política que técnica, guiada por una postura pro empresarial y de corto plazo. “Incrementar el salario mínimo fideliza a los trabajadores, crea mejores vínculos laborales y hace que dediquen mayores esfuerzos en aumentar su propia formación, lo que en el largo plazo tiene buenos efectos sobre la economía”, asegura.
“El monto que piden es técnicamente imposible”. Así se refirió el ministro del Trabajo, Nicolás Monckeberg, al incremento del salario mínimo planteado por la Central Unitaria de Trabajadores (CUT), de $422 mil pesos.
Sin embargo, el economista y académico de la Universidad de Santiago de Chile, Dr. Gonzalo Martner, considera que la razón que motiva al Gobierno a descartar esta cifra “se debe a una orientación pro empresarial de corto plazo”, afirma.
“Hay una serie de países que tienen un PIB semejante al nuestro, pero que tienen salarios mínimos mucho más altos que el de nosotros. Por lo tanto, el argumento de la inviabilidad técnica en realidad es de la esfera propiamente política”, asegura.
Además, el especialista en economía de las políticas públicas de la Facultad de Administración y Economía (FAE) del plantel estatal hace hincapié en que el salario mínimo sólo afecta al 10% de la fuerza laboral y, por lo tanto, los efectos serían marginales en el mercado laboral.
“Incrementar el salario mínimo genera beneficios, porque fideliza a los trabajadores, crea mejores vínculos laborales y hace que dediquen mayores esfuerzos en aumentar su propia formación, lo que en el largo plazo produce efectos positivos para la economía”, enfatiza.
Finalmente, compara la situación con la negociación llevada adelante por el ex ministro Eduardo Aninat durante la administración del ex Mandatario Eduardo Frei Ruiz-Tagle. “En ese entonces, él negoció con la CUT un reajuste trianual que fue muy criticado por los economistas ortodoxos, pero esto no provocó ningún efecto negativo en el empleo ni en la economía”, concluye.
Fuente: Prensa USACH.