El gobierno acaba de aprobar su beneplácito para que se destruya un pedazo de la Patagonia y así se siga produciendo carbón a bajo costo. Dicho de manera simple: el gobierno acaba de subsidiar a una empresa privada para que genere combustibles fósiles a bajo precio y pueda seguir siendo un negocio rentable. Lo más grave es que esta resolución se produce en medio de la crisis ambiental en Quintero y Puchuncaví, donde sus habitantes están siendo intoxicados en parte por el carbón que llega precisamente desde Isla Riesco.
Con las tronaduras aprobadas, solo es de esperar que llegue más carbón a esta zona de sacrificio.
¿Acaso esta es la señal de un gobierno que dice favorecer las energías renovables? Es evidente que su credibilidad y compromiso medio ambiental ha quedado seriamente en entredicho. Quedamos a la espera de una explicación razonable por parte de la ministra de Medio Ambiente.
Fuente: Greenpeace.