Con la llegada del invierno, las temperaturas descienden y muchas veces descuidamos nuestra
ingesta de líquidos sin reconocer su importancia, que es fundamental incluso en épocas frías.
El cuerpo humano requiere una hidratación constante durante todo el año para funcionar
adecuadamente. Esta necesidad no se limita a regular la temperatura corporal, sino también a
reponer líquidos esenciales, cuya pérdida puede ser significativa tanto en climas cálidos como en
fríos.
Durante el invierno, se incrementa la pérdida de líquidos a través de la orina y la respiración, así
como por la evaporación del sudor, especialmente cuando el aire es seco y frío. Aunque la sed
disminuya, es crucial mantenerse hidratado, consumiendo entre 1,5 a 2,5 litros de líquidos diarios,
adaptados a la actividad física, la edad y la salud de cada individuo.
“En invierno se pierde la sensación de sed pero se debe mantener hidratado de igual forma,
consumiendo 1,5 a 2,5 litros de líquidos para un adulto, dependiendo de la actividad que realice, la
edad y la situación de salud de cada persona, hidratándose por medio de aguas frías o calientes
como infusiones y/o sopas”, señaló la Nutricionista del Programa Equilíbrate de Sodexo, Elizabeth
Luna.
Es importante reconocer los signos de deshidratación, como fatiga, calambres, cambios de humor y
dolores corporales, y contrarrestarlos con una adecuada hidratación.
Aquí te presentamos algunas recomendaciones para mantenerse hidratado durante el invierno:
● Lleva contigo una botella de agua y bebe con regularidad.
● Prepara aguas saborizadas con frutas para variar el sabor.
● Disfruta de té o infusiones calientes, que además ayudan a elevar la temperatura corporal.
● Incorpora sopas o caldos de vegetales en tu dieta.
● Bebe agua antes, durante y después de la actividad física.
● Consume frutas y verduras con alto contenido de agua, como naranjas, mandarinas y kiwis,
que también aportan vitamina C.
● Establece el hábito de beber un vaso de agua al despertar y otro antes de dormir.
Mantenerse hidratado ofrece una serie de beneficios para el cuerpo, incluyendo el correcto
funcionamiento de los órganos vitales, la eliminación de toxinas, la regulación de la temperatura
corporal, y la prevención de enfermedades como la obesidad, la diabetes y el sobrepeso.
Fuente: LlyC.