En una premiación inédita, profesores y profesoras recibieron la Medalla Centenario de la Universidad en un concierto desarrollado en el Teatro Municipal de Viña del Mar como parte de la Inauguración del Año Académico 2025.
En el marco de la Inauguración del Año Académico 2025, se llevó a cabo la ceremonia de reconocimiento a los académicos y académicas por su destacada trayectoria. La premiación, realizada en el Teatro Municipal de Viña del Mar, fue una ocasión especial en la que profesoras y profesores de todas las facultades recibieron la Medalla Centenario, condecoración que celebra la conmemoración de los 100 años de la Universidad.
Este reconocimiento simbólico premia la contribución de los docentes que durante 10, 20, 30 y 40 y más años, han sido parte fundamental en la formación de miles de estudiantes. Así, su labor ha dejado una huella imborrable, consolidando a la PUCV como una institución de prestigio.
El evento también incluyó el concierto titulado “Grandes Maestros”, protagonizado por la Orquesta de Cámara y el Coro de Cámara de la PUCV, bajo la dirección de Jesús Rodríguez y Manuel Suazo respectivamente. En el escenario se presentaron obras de compositores emblemáticos como Bach, Mozart y Beethoven, con 50 músicos y coristas brindando una destacada interpretación.
El rector Nelson Vásquez, destacó la importancia de esta premiación, la cual se realizó por primera vez en la historia de la universidad.
“Una institución que se aproxima a su centenario debe reconocer a aquellos profesores que han formado profesionales, que han generado investigación y así han construido esta Casa de Estudios. La universidad que conocemos hoy es posible gracias al trabajo detallado y perseverante de numerosos académicos, funcionarios y estudiantes”, indicó la autoridad.
Jacqueline Páez, vicerrectora de Vinculación con el Medio y académica distinguida por 10 años de trayectoria, señaló que este evento marca el inicio de un año académico especial.
“Este hito da el puntapié inicial a un año académico que tiene una connotación única, pues se inicia el programa centenario en que se irán levantando e implementando distintos hitos en torno a esta conmemoración”, explicó.
Páez también destacó que la Medalla Centenario reconoce el trabajo de los académicos en áreas clave pero que además trasciende a un ámbito personal.
“Es un reconocimiento también a nuestras familias porque la academia requiere bastantes sacrificios y detrás de eso siempre está el núcleo familiar que te está apoyando. Efectivamente hay mucho trabajo detrás de la excelencia”, agregó.
RECONOCIMIENTO A ACADÉMICOS
Los académicos premiados compartieron sus emociones y vivencias experimentadas durante la actividad y también a lo largo de sus carreras.
Adela Bork, académica de la Escuela de Trabajo Social con 42 años de trayectoria, expresó que “me emociona mucho ser parte de esta instancia. Comencé como ayudante en la Universidad, luego pude continuar mis estudios en el extranjero y, al regresar, retomé mi carrera como profesora de pre y postgrado”.
Además destacó que lo que más la ha marcado durante estos años ha sido “enseñar en primer año. Todavía lo hago y es muy relevante para mí porque existe una forma lúdica que hace que las clases adquieran otro sentido porque ellos preguntan de la manera más directa y genuina, son muy libres y eso abre espacios de conversación importantes”.
Luis Peña, también con 42 años de carrera como profesor de la Escuela de Educación Física, donde también cursó su carrera de pregrado, comentó que el concierto fue “espectacular, los solistas en cada uno de los instrumentos, el trabajo del director de orquesta y el coro coronaron la premiación de toda una vida dedicada a la docencia en la universidad porque el arte es fundamental para mantener el espíritu y la alegría. Llegué con 17 años y ahora me voy con 71 muy orgulloso de todo este recorrido”.
Luis Espinoza, quien fue director de la Escuela de Educación Física y estuvo a cargo de la Dirección de Deportes y Actividad Física, fue premiado por 41 años de trabajo. Recordó su llegada a la universidad en 1973 cuando era seleccionado nacional de gimnasia artística. “Seguimos adelante porque había que continuar con la esperanza que la familia también había cifrado en uno”, afirmó. Durante la ceremonia, se sintió agradecido de recibir la distinción ya que “es un momento muy importante que se esté reconociendo a los académicos desde el punto de vista docente, investigativo, y también desde la vinculación con el medio”.
Por su parte Digna Azúa, académica de la Escuela de Comercio, con 30 años de trayectoria, reflexionó sobre su carrera y el apoyo que ha recibido desde sus inicios.
“La Escuela me permitió ir a realizar el doctorado al extranjero para luego apoyar las labores académicas. Que te apoyan desde joven para que sigas creciendo y avanzando es crucial para la formación profesional y eso la universidad lo ha mantenido. Esta premiación me trae felicidad pero también mucha nostalgia porque he estado recordando todos estos días a mis profesores de aquella época cuando estudiaba que ya no están y que fueron marcando a esta historia hasta llegar ahora, realmente no me he dado cuenta cómo han pasado 30 años”.
La premiación, que unió la música, la historia y el legado de la PUCV, celebró a quienes han sido pilares en la formación de generaciones de estudiantes y reafirmó el compromiso de la universidad en su camino hacia el centenario.
Fuente: PUCV.