Tras la trágica muerte de dos jóvenes en las afueras del Estadio Monumental, los alcaldes de Ñuñoa, Independencia y Macul —comunas que albergan recintos deportivos de alta convocatoria— hicieron un llamado urgente al Gobierno para suspender el Superclásico entre Colo Colo y Universidad de Chile, programado para este fin de semana. Los jefes comunales advirtieron que no existen condiciones mínimas de seguridad para realizar un evento de esta magnitud.
Las autoridades expresaron su profunda preocupación ante la ausencia de respuestas claras por parte del Ejecutivo, a pesar de las advertencias formuladas con antelación. El alcalde de Ñuñoa, Sebastián Sichel, reveló la existencia de amenazas en redes sociales dirigidas a Carabineros, y calificó el escenario actual como una “crónica de muerte anunciada”.
“Nuestros vecinos están asustados. Acá no se requieren dudas, se requieren certezas. Y hoy no contamos con las condiciones necesarias para albergar un evento como el Superclásico en la comuna. Por eso pedimos que se suspenda el partido”, señaló Sichel.
Adicionalmente, manifestaron su molestia frente al nulo poder de decisión que tienen los municipios en la organización y autorización de este tipo de eventos, pese a que son precisamente las comunas quienes asumen las consecuencias: daños al espacio público, temor en la comunidad, comercio ilegal, aumento de la violencia y una sobrecarga operativa para los equipos municipales.
Por su parte, el alcalde de Macul, Eduardo Espinoza, enfatizó la limitada capacidad de respuesta con la que cuentan las municipalidades y la necesidad urgente de dotarlas de atribuciones reales: “Nosotros solo cumplimos un rol preventivo y, en la práctica, no tenemos herramientas para enfrentar situaciones complejas. Tal como dijo el alcalde Sichel, somos visitas en nuestra propia casa. No tenemos posibilidad alguna de tomar decisiones, porque todo lo resuelve la Delegación Presidencial”, afirmó.
El alcalde de Independencia, Agustín Iglesias, sostuvo que “aquí además del delegado y Estadio Seguro hay responsables claros: los dirigentes del fútbol chileno. Están matando el fútbol lentamente. Hace apenas un mes vimos a Aníbal Mossa en una pelea a golpes con otro accionista de Blanco y Negro en una junta de accionistas. ¿Cómo puede ser que los llamados a dar el ejemplo de condenar la violencia en los estadios sean los promotores de ella? Los clubes grandes y sus directivos le tienen miedo a los hinchas y yo le quiero decir a Aníbal Mosa que si les tiene miedo entonces que se retire del fútbol. Cada fin de semana hay violencia en los estadios y no vemos presentación de querellas porque finalmente todos sabemos que los directivos tienen vínculos directos con los barristas y les temen”.
Asimismo, demandaron mayor presencia por parte del Gobierno exigiendo que no se autoricen espectáculos deportivos de alta convocatoria sin cumplir tres condiciones fundamentales: Participación formal y vinculante de los municipios en la planificación y evaluación del evento; Garantías efectivas de seguridad dentro y fuera del estadio, incluyendo medidas específicas para proteger a vecinos, comercio y servicios locales. Y por último, responsabilidad directa de los clubes organizadores por los daños ocasionados al entorno y a la comunidad.
Para asegurar el seguimiento de la demanda exigida los municipios ingresaron un recurso de protección ante la Corte de Apelaciones de Santiago, solicitando la suspensión del partido. Además, notificaron su postura a la Delegación Presidencial Metropolitana y a los organizadores del evento, incluyendo a representantes de Azul Azul, manifestando su rechazo a la realización del Superclásico en las actuales condiciones.
Fuente: M. Independencia.