El investigador del Instituto de Estudios Avanzados (IDEA) de la Universidad de Santiago asegura que, con el ataque de Estados Unidos que dio muerte al mayor comandante de la inteligencia iraní, Qassem Soleimani, el país norteamericano busca demostrar que “sigue siendo la fuerza militar predominante, que sigue teniendo el control y que puede atacar donde sea y a quien sea”.
¿Qué busca Estados Unidos con el ataque que dio muerte al poderoso comandante de la fuerza de élite Quds de Irán, Qassem Soleimani? Esta es la pregunta que se le formuló al académico e investigador del Instituto de Estudios Avanzados (IDEA) de la Universidad de Santiago de Chile, Fernando Estenssoro.
A juicio del experto, a través de esta arremetida, el gobierno de Donald Trump hace una demostración de fuerza ante los demás países de la región. “Estados Unidos está diciendo ‘mire, aquí yo sigo teniendo el poder. En cualquier minuto, si me siguen molestando, puedo desatar un ataque mayor’. En el fondo, está respondiendo de esta forma al ataque previo a su embajada”, explica el analista.
Sin embargo, Estenssoro agrega que “lo que ocultan las centrales de información que provienen de los propios Estados Unidos, que es donde se maneja la noticia, es que ellos (los estadounidenses) antes habían bombardeado campamentos civiles diciendo que eran campamentos terroristas. Porque para Estados Unidos son terroristas todos los musulmanes que están en contra de ellos”.
Otro de los factores que explicarían la agresión norteamericana, a juicio del investigador, es la proximidad de las elecciones presidenciales. “Trump no podía mostrar que atacaban a Estados Unidos y quedarse de brazos cruzados”, asegura.
Con el asesinato de Soleimani en territorio iraquí, añade el académico, el gobierno norteamericano busca “mejorar la imagen de que ellos siguen siendo la fuerza predominante militarmente, que siguen teniendo el control y que pueden atacar a quien sea, donde sea, porque siguen siendo los amos del mundo. En el fondo lo que está haciendo Trump es decir que sigue siendo el jefe. Es un mensaje de poder”.
Se agudiza la tensión en Medio Oriente
La zona del Golfo Pérsico, donde confluyen países como Irán, Irak y Arabia Saudita, es una de las zonas más conflictivas del mundo. “No obstante, había logrado mantener cierta estabilidad, muy relativa, hasta los ataques recientes”, señala Estenssoro.
El académico relata que “las movilizaciones y las protestas en Irak, muchas de ellas estimuladas por Arabia Saudita, desestabilizaron al gobierno. El primer ministro iraquí renunció y ahora hay que formar un nuevo gobierno. Entonces, lo que estamos viendo, en ese país, es una pugna interna entre grupos chiitas y grupos sunitas por conformar ese nuevo gobierno”. Los primeros son apoyados por Irán y los segundos por Arabia Saudita con el respaldo de Israel y Estados Unidos.
“En este proceso, Estados Unidos bombardeó (en Irak) a sectores pro iraníes; a iraquíes chiitas, que cuentan con el apoyo de Irán. Los bombardeó. Mató civiles, mató gente. Eso no salió en la tele”, añade.
A raíz de esa agresión, los iraquíes atacaron la embajada de Estados Unidos en Bagdad, lo que sirvió de justificación al gobierno de Trump para dar muerte a Soleimani y volver a encender el conflicto en la región.
¿Y ahora?
“Para ser franco, yo creo que ni Irán ni Estados Unidos quieren una confrontación directa”, manifiesta Estenssoro, si bien agrega que “hay halcones que están más a la derecha de Donald Trump y, en Arabia Saudita e Israel, halcones que quieren un ataque directo a Irán”.
Con todo, el analista estima improbable que Donald Trump busque desatar una guerra directa con Irán. “Ya lo hubiese hecho”, dice.
“Lo que hace Donald Trump son bravuconadas pero, si te fijas, él no ha involucrado a Estados Unidos en nuevas guerras, como lo hizo Bush, por ejemplo. El solo quiere aparecer como el ‘gran jefe’ castigando a quienes los atacan”, puntualiza el investigador del IDEA de la Universidad de Santiago de Chile.
Fuente: USACH