La comisión de Sistema Político acordó presentar cambios en la configuración del Congreso, con dos instancias de carácter plurinacional y territorial. Nicolás Freire, politólogo y académico de la U. de Santiago, se refirió a estas iniciativas.
Esta semana la comisión de Sistema Política de la Convención Constitucional acordó presentar una propuesta que cambia la configuración del Congreso. La propuesta considera dos instancias: El Congreso plurinacional conformado por diputados y diputadas; y el Consejo Territorial, que reemplazaría a la actual Cámara Alta con atribuciones diferentes.
Respecto a la forma, en especial del Consejo Territorial, el politólogo y académico Usach, Nicolás Freire, sostuvo que no ve por qué tiene que llamarse territorial. “En los otros informes el concepto de territorio (y sobre todo territorios autónomos) es inclusivo de la región, comunas y otros territorios. Por tanto, si no va a incluir la participación de representantes de todos estos, más vale no llamarlo territorial; si va a incluir representantes más allá de los regionales, entonces tampoco cabe el concepto consejo regional”.
“La competencia debería ser total. La limitación de las “leyes de acuerdo regional” no solo es incongruente con la mirada pluralista, inclusiva y descentralizadora, sino que lo es también en condiciones en donde las leyes se aplicarán a ciudadanos cuyos representantes territoriales (y no necesariamente políticos) estarán en dicho Consejo. Además, terminará por hacer masivas injerencias de terceros, para definir conflicto de atribuciones. Es una mala cosa aquella de establecer ciertos elementos del sistema electoral en el rango constitucional (como que vayan en una misma lista consejeros y asambleístas; cosa que impide al electorado votar de forma políticamente disociada -muy común, por lo demás, en sistemas como el que se está diseñando)”, comentó sobre el fondo de estas iniciativas.
Luego siguió explayándose: “Lo que se debería hacer aquí es enunciar principios que se deban respetar para su elección y -siendo coherente con los informes anteriores- respetar la autonomía de que cada región (y/o entidad autónoma territorial) decida el sistema más oportuno de acuerdo a la propia realidad, pero siempre respetando dichos principios y de forma separada (consejo y eventuales asambleas)”.
“El principio de paridad debería inducir dentro de la elección de representantes de cada región (al fin de que una elección regional, no altere el resultado de otra). Para ello el número debería ser siempre par. Por último, ese número par (por región) que daría una composición par del “Consejo”, permitiría un rol “un tantito mayor” del/la vicepresidente, toda vez que -como ocurre en otros sistemas- tendría derecho a voz, excepción hecha cuando no se conforme una mayoría, situación en la que podría tener derecho a un voto dirimente”, cerró.
Fuente: Usach.