El vicepresidente de Fedefruta, Felipe García-Huidobro, se detuvo en puntos sensibles para la fruticultura como el fin de reemplazo de trabajadores en huelga, los servicios mínimos garantizados en períodos de cosecha, y las particularidades de un sector que requiere una reforma sin “sesgo urbano” y una ley específica para sus relaciones laborales. Además, calificó de “muy mala señal” la eliminación de la condición “pacífica” de la huelga.
Martes 07 de julio, 2015 – La clasificación de los servicios mínimos, el fin al reemplazo en huelga y la eliminación de la palabra “pacífica” del proyecto aprobado por los diputados, son algunas de las principales críticas del sector frutícola con respecto a la Reforma Laboral, como lo indicó ayer la Federación de Productores de Frutas de Chile, Fedefruta, ante la Comisión de Trabajo y Previsión Social del Senado.
“Si bien estimamos que la fruticultura debería ser excluida de la Reforma Laboral, es nuestro deber hacer presente a la autoridades legislativas lo que, consideramos, impactará negativamente a la fruticultura nacional, en caso de aprobarse tal como está hoy día”, señaló el vicepresidente de Fedefruta, Felipe García-Huidobro Sanfuentes, “ya que como proyecto de ley, dista mucho de lo que entendemos como una modernización de las relaciones laborales”.
El también presidente de Frusexta mencionó que una huelga en período crítico de la temporada y con prohibición de reemplazo, “puede significar la pérdida productiva de todo un año, de la fuente de trabajo y de la inversión”, aseguró García-Huidobro. “Aunque paralizar en cosechas parece una herramienta de presión sumamente eficaz, puede traer consecuencias devastadoras para la empresa y los trabajadores, por lo que proponemos que la huelga en el sector frutícola no se lleve a cabo en períodos de cosecha, y que se establezcan momentos no aptos para negociar colectivamente, derecho consagrado en el artículo 17 del Código del Trabajo y que se deroga en el actual proyecto”.
En cuanto a los servicios mínimos para la fruticultura en épocas de cosecha, “éstos son los prestados por todos los trabajadores, por el 100% de ellos, de lo contrario se pierde la fruta”, añadió el dirigente ante la Comisión. “Tal como está el proyecto de ley, esa puede ser una lamentable realidad, por lo que buscamos que la calificación de servicios mínimos considere, expresamente, las actividades de cosecha, poda, riego, fertilización, fumigación y otras de importancia para la industria”.
Con respecto a las modificaciones que aprobó la Cámara de Diputados, García-Huidobro agregó: “Constituye una muy mala señal haber eliminado la definición de huelga pacífica que contemplaba el proyecto original, pues la violencia se consideraba una práctica antisindical y los dirigentes podían perder su fuero”, sosteniendo que dicha “condición esencial para la convivencia” debe ser repuesta en la discusión.
“La violencia no puede ni debe ser tolerada bajo ninguna circunstancia como método de solución para los conflictos laborales, o de cualquier otra índole en nuestra sociedad”, enfatizó.
Y en relación a las multas por prácticas antisindicales, cuyas sumas irían al fondo de formación sindical y relaciones laborales, Fedefruta pidió que tales recursos se destinen a las mesas de diálogo social y laboral, “donde nuestro sector desde hace siete años trabaja para mejorar las relaciones laborales”, indicó el vicepresidente del gremio. “Creemos que la Mesa Nacional Agrícola y Mesa Permanente de Diálogo Social y Laboral Frutícola, en las que participamos, son un efectivo instrumento para lograr acuerdos entre trabajadores y empresarios. El Estado debería darles un reconocimiento especial”.
Ley con sesgo urbano
García-Huidobro recordó las particularidades de la fruticultura que, en definitiva, ameritan una legislación laboral aparte de la reforma para tratarla, como la condición perecible de sus productos, los riesgos de la naturaleza a los que está expuesto el sector (sequía, heladas, lluvias a destiempo, inundaciones, plagas, enfermedades), tener etapas críticas y no flexibles en la producción como la poda, el raleo, la fertilización, fumigación y cosecha.
Así, la reforma laboral “viene nuevamente con un sesgo urbano no traspasable a la fruticultura ni al agro en general, sin tener en cuenta nuestra realidad”, aseveró el dirigente, “por lo que necesitamos una legislación laboral que considere sus características más esenciales, una normativa especial tanto en derecho individual como colectivo”.
Fedefruta expuso sus puntos a los parlamentarios Juan Pablo Letelier, Andrés Allamand y la nueva vicepresidente del Senado, Adriana Muñoz, esta última, quien reafirmó el compromiso tomado por el Ministerio del Trabajo de aprobar una ley laboral específica para el agro y la fruta.
El vicepresidente de la Federación fue acompañado por el asesor experto en materias laborales, Alfonso Errázuriz, y el gerente general de Fedefruta, Juan Carlos Sepúlveda.
Fuente: Comunicaciones Fedefruta