Desde la telemedicina hasta la inteligencia artificial, la innovación habilita un acceso a la salud equitativo, inclusivo y accesible de acuerdo con un estudio de NTT DATA y el MIT Technology Review en español.
Suele hablarse del impacto que producen la transformación digital y el uso de las nuevas tecnologías para mejorar la calidad de vida de las personas. En pocas industrias esa premisa es tan visible como en el sistema de salud.
En efecto, la implementación de la telemedicina, el uso creciente de tecnologías como la inteligencia artificial (IA) o la adopción cada vez más frecuente de dispositivos wearables de monitoreo médico son claves para diseñar el futuro de esta industria. Estas son algunas de las tecnologías identificadas en el reciente estudio Innovando la atención médica a través de la tecnología elaborado por NTT DATA y MIT Technology Review en español que están apuntalando la modernización del sector.
En el medio aparecen algunos desafíos: desde la falta de inversión y la incertidumbre macroeconómica hasta la ausencia de una visión estratégica o marcos normativos débiles que podrían derivar en dificultades legales. También existe una consciencia en el sector sobre lo esencial que resulta diseñar tecnologías inclusivas y centradas en la comunidad para fomentar la adopción y hacerlas accesibles a personas de todas las edades y habilidades.
Las tendencias identificadas en el informe para resolver estas situaciones y llevar el mercado de la salud hacia su propio futuro se dividen en tres ejes claros: los habilitadores tecnológicos que están posibilitando la transformación digital, las tecnologías centradas en el paciente que están revolucionando el vínculo entre las personas y la atención médica y los avances en términos de atención médica virtual.
Los habilitadores tecnológicos
En el centro de los habilitadores tecnológicos se ubica la nube: es la que permite el acceso a los datos, a las aplicaciones y a los servicios en todo momento y en todo lugar, tanto para pacientes como para profesionales médicos. De hecho, el 100% de las organizaciones estatales de salud encuestadas ya utilizan esta tecnología.
Queda, no obstante, un desafío por abordar: la interoperabilidad. La capacidad de compartir información entre los actores del sector es lo que permitirá llevar la calidad de la atención a nuevos niveles de eficiencia y precisión. Si bien un 23% ya tiene resuelto este tema, un 25% aún ni siquiera ha comenzado a tratarlo. Pero hay una tendencia esperanzadora: la colaboración entre grupos hospitalarios, startups y organizaciones en el ámbito de la telesalud.
Otro de los motores de digitalización de las organizaciones del sector es la ciberseguridad: el 60% adoptó soluciones de este tipo para garantizar que la información de los pacientes esté protegida.
El poder de los datos y el paciente en el centro
Los datos con los que cuenta el sistema de salud, por otra parte, tienen un valor gigantesco para mejorar la precisión y la velocidad en el diagnóstico de los pacientes, anticipar la demanda de insumos, sistematizar la asistencia del personal, automatizar y eficientizar la distribución de turnos o planificar los recursos.
Para impulsar todos esos beneficios, crecen tanto la incorporación de herramientas analíticas y de IA. Sobre esta última, no obstante, su adopción presenta desafíos como la responsabilidad en caso de errores diagnósticos o preocupaciones éticas y legales.
En paralelo, se consolidan las tecnologías centradas en el paciente para brindar un mejor acompañamiento en los tratamientos, propiciar soluciones de autoservicio, optimizar el uso de recursos o evitar visitas innecesarias a consultorios o centros hospitalarios. En este segmento se destacan las apps (47% de las entidades las utiliza) y los dispositivos wearables (28% planea incorporarlos en el corto plazo). ¿La tendencia? Que se avance hacia una experiencia de salud unificada, fluida e integrada en una superapp.
Por último, tienden a imponerse los servicios de salud virtual, como la telemedicina, ya utilizada por el 62% de las organizaciones del sector y que ya ha demostrado su capacidad para optimizar la asistencia sanitaria y brindar flexibilidad para los pacientes.
La revolución ya está en marcha. Los avances son notables. Y más allá de los obstáculos, el potencial es enorme: la promesa de un sistema de salud no sólo eficiente y productivo, sino, además -y fundamentalmente- equitativo, accesible e inclusivo.
Fuente: Kreab.