- El académico de la Usach, Marcelo Cortez, reaccionó sobre la premiación a Katalin Karikó y Drew Weissman por sus investigaciones relacionadas con las vacunas ARN mensajero para Covid-19.
Para el Doctor en Bioquímica y Biología Molecular, Marcelo Cortez, el Premio Nobel de Medicina o Fisiología 2023 otorgado a los investigadores Katalun Karikó y Drew Weissman, por sus aportes a la vacuna contra Covid-19 demuestra que los Estados deben aportar a la ciencia básica, porque es la que resuelve los problemas de la humanidad.
El académico de la Usach recordó que la doctora Karikó enfocó su vida al desarrollo de una propuesta que sería innovadora para la época. “Ella se preguntaba para qué gastar energías en encontrar una proteína que faltaba en un proceso metabólico, en vez de colocar el RNA mensajero en una célula de tal manera que fuera traducido y esa proteína fuera la responsable de la cura”, comentó.
Según Cortez la investigadora se enfrentó a muchos problemas no tan solo porque la comunidad científica no creía en ella, sino porque técnicamente el ARN es muy difícil de mantener estable.
“Por otro lado, los ensayos iniciales mostraron que la inoculación de moléculas de este tipo producía inflamaciones severas, lo que traía efectos secundarios no deseados”, recuerda el docente.
Esto obligó a que junto al Dr. Wisman dedicara sus esfuerzos a estudiar un mecanismo que modificara los nucleósidos que conforman estas cadenas de RNA para darles estabilidad y encontrar estructuras semejantes a nucleótidos que no produjeran una respuesta inmune exacerbada.
Cortez remarcó que estos desarrollos no fueron realizados por empresas, sino por estos científicos en el seno de investigaciones de laboratorio en universidades. “Sin la ciencia básica ninguno de los hallazgos en el área farmacológica sería posible. Estos desarrollos fueron financiados por los Estados donde se ubican estos centros de investigación”, dijo.
Dichos hallazgos fueron relevantes y fueron licenciados posteriormente por las empresas Moderna y Biontech, lo que permitió las vacunas de RNA para la COVID-19”.
Marcelo Cortez considera que los Estados deben ser capaces de aportar a la ciencia básica, porque sin aquello no se lograrán avances médicos para curar enfermedades que aún no cuentan con vacunas, como por ejemplo el VIH.
Fuente: Usach