Señor director:
En el programa Tolerancia Cero del día domingo, el diputado René Saffirio hace una alusión a la Fundación Rodelillo, cuyo secretario ejecutivo –dice-, Tomás Walker, es ”hermano de los dos senadores y del diputado Walker”, queriendo implicar que nosotros habríamos influido de alguna manera para que dicha Fundación accediera, indebidamente, a recursos del SENAME destinados a la atención de familias y niños vulnerables que la referida institución atiende desde hace 30 años. Todo ello, en el contexto de las investigaciones y conclusiones de la Cámara de Diputados sobre esta institución.
Rechazamos de la manera más categórica las acusaciones infundadas y mal intencionadas que el diputado René Saffirio ha proferido, una vez más, contra los suscritos, y contra nuestra familia, en relación a la loable actividad e historia de la Fundación Rodelillo.
En primer lugar, Tomás Walker es miembro del directorio y no Secretario Ejecutivo de la Fundación, pero ese no es el punto central.
La Fundación Rodelillo nació el 17 de agosto de 1987, como una iniciativa de nuestro padre, Ignacio Walker Concha –quién falleció el 17 de agosto de 2001–, recogiendo las palabras del Papa Juan Pablo II pronunciadas unos meses antes, en Rodelillo (“La familia es lo primero”) y en la Cepal y la Universidad Católica (“los pobres no pueden esperar”).
Nuestro padre estimó, como católico y empresario, que había que responder de manera concreta al llamado del Papa, y pasar a la acción, procediendo, junto a otros colaboradores, a crear la referida Fundación, entre otras iniciativas similares destinadas a atender a personas en situación de pobreza y vulnerabilidad.
Desde 1990 la Fundación Rodelillo es una organización colaboradora del SENAME y, en cuanto tal, ha postulado a fondos del Ministerio de Justicia y de Desarrollo Social en materia de protección y prevención de menores para evitar, justamente, que los niños atendidos lleguen a los hogares de menores. Solo tiene centros familiares ambulatorios pues su función es de protección y prevención.
Para ser claros, el 60%, aproximadamente, de los ingresos de la Fundación provienen de aportes de empresas y el 40% restando del Ministerio de Justicia, de Desarrollo Social y Subvención Presidencial, todas ellas correspondientes a postulaciones abiertas, en licitaciones públicas. Dejamos constancia que jamás hemos intercedido, ni directa ni indirectamente, ante ninguna de las instituciones señaladas, para conseguir recursos para la Fundación Rodelillo.
La Fundación ha atendido a cerca de 50.000 familias vulnerables en sus 30 años de existencia. Las infundadas y mal intencionadas declaraciones del diputado René Saffirio son una ofensa y agravio a esas miles de familias que se han beneficiado de la acción de la Fundación, y han participado en sus programas e iniciativas.
La ofensa mayor, sin embargo, es hacia la memoria de nuestro padre (QEPD), quién, en su doble calidad de católico y empresario, dedicó los mayores y mejores esfuerzos de su vida, además de su labor como abogado y empresario, a crear una serie de fundaciones, entre ellas Rodelillo, destinadas a atender a personas y familias en condiciones de pobreza y vulnerabilidad.
Vaya para él nuestra admiración y respeto. Sus mejores avales no somos nosotros sino las 50.000 familias vulnerables que se han sido atendidas por la Fundación.
Qué fácil es, en Chile, enlodar el prestigio y la honra de las personas y las familias. Qué fácil es proferir la ofensa gratuita y la injuria, con total impunidad.
Las declaraciones del diputado Saffirio demuestran que definitivamente estamos en la era de la posverdad.
Le saludan atte.,
Ignacio Walker Prieto
Matías Walker Prieto
Patricio Walker Prieto