El gremio solicito a los representantes diplomáticos de los países de origen de los productos alimenticios, que actúen para interceder ante las autoridades sanitarias chilenas a fin de que se enmienden algunas normas que podrían afectar las importaciones.
La Cámara de Comercio de Santiago (CCS) reunió hoy a importadores nacionales y agregados comerciales acreditados en Chile, para evaluar las trabas al libre comercio que significarán las normas sobre etiquetado en productos alimenticios de la Ley de Etiquetado de Alimentos, publicada en el Diario Oficial a fines de junio pasado y que entrará en vigencia en junio de 2016.
A la cita concurrieron representantes de la Unión Europea, USA, Perú, Suiza, Francia, Bélgica y Argentina, entre otros.
En la oportunidad, el secretario general del gremio, Cristián García-Huidobro, solicito a los agentes diplomáticos de los países de origen de los productos alimenticios, que actúen para interceder ante las autoridades sanitarias chilenas a fin de que se enmienden algunas normas que podrían afectar las importaciones. Esto, dado que la norma exige rotular, en la cara principal del producto, el exceso de azúcar, calorías, grasas saturadas y sodio, lo que obligaría a los proveedores extranjeros a realizar un etiquetado especial para el producto enviado a Chile, haciendo más compleja y cara la importación.
Cabe recordar que el Reglamento Sanitario de los Alimentos obliga a la industria a rotular el exceso de azúcar, calorías, grasas saturadas y sodio en los envases. Los productos que sobrepasen los límites deberán incluir un signo “disco pare”, con la leyenda “exceso de”. Además,se restringirá su publicidad y venta en los colegios.
El encuentro contó con la presentación de la gerente general de AB Chile, Marisol Figueroa, quien señaló que las restricciones que contempla la ley impactarán el mercado nacional, las importaciones y las exportaciones, y complejizarán el comercio exterior en cuanto a etiquetado y publicidad asociada a productos.
Asimismo, señaló, que el reglamento es incompatible con obligaciones comerciales pactadas en los TLC, así como con las disposiciones contenidas en los acuerdos de la Organización Mundial del Comercio (OMC), como por ejemplo OTC y MSF, que indican seguir lineamientos internacionales.
En materia de propiedad intelectual, sostuvo, existe incertidumbre respecto a si las marcas registradas y personajes históricamente usados en envases y etiquetas de empresas extranjeras deberían desaparecer.
La ejecutiva enfatizó que el gran objetivo es lograr una legislación armonizada, con un trabajo conjunto multisectorial, integrado a la discusión internacional, basado en evidencia científica que permita cuidar los intereses y salud de los consumidores, y que posibilite el comercio leal y transparente.
En cuanto al Impacto legal del Reglamento de Etiquetado de Alimentos, el abogado y profesor del Departamento de Derecho Público de la Universidad de Chile, Luis Cordero, sostuvo que las complejidades de la regulación se relacionan con la poca claridad en la aplicación e implementación de algunos conceptos, como por ejemplo destinación y/o dirección de publicidad a un determinado grupo etario como los menores de 14 años y problemas en materia de fiscalización, en lo referente a la publicidad dirigida a este mismo grupo, ya que no se señala la autoridad competente para medir o fiscalizar.
Asimismo manifestó, que la autoridad sanitaria no tiene potestad sobre los productos publicitarios, emanados de avisadores internacionales, que diseñan campañas para bloques de países.
En lo referente a la extensión de las prohibiciones o restricciones a sitios web, indicó que Internet es una plataforma internacional, por lo que sólo se puede velar por los portales web cuyo contenido haya sido creado en Chile por los comercializadores o productores responsables del producto.
De igual modo, Cordero destacó la complejidad para determinar cuándo un producto está excedido en nutrientes críticos, ya que está definida por 100 gramos y no por porción, que es lo que una persona efectivamente consume.
Fuente: Prensa Cámara de Comercio de Santiago.