- La banca, el retail, los organismos de gobierno, el sector salud y educación, concentran más del 80% de las de vulnerabilidades registradas a datos confidenciales. Especialistas sostienen que el abrupto avance del trabajo online a raíz de la pandemia aceleró también la expansión de los ciberdelitos.
Santiago, 04 de octubre 2022.- Datos financieros como cuentas y fondos, o fichas médicas y diagnósticos en el caso del sector salud, son algunos ejemplos de activos virtuales estratégicos o confidenciales que con cada vez más frecuencia quedan expuestos ante los hackers. Los últimos episodios que afectaron a distintas organizaciones de nuestro país sólo confirman un fenómeno estudiado por Risk Security & Flashpoint (2021 Year End Report – Data Breach QuickView), según el cual el 81% de los blancos de este tipo de ataques son instituciones financieras, del retail, del área de la salud, del sector educación o instituciones de gobierno.
De acuerdo con un análisis realizado por la firma especializada en ciberseguridad Netprovider -con presencia en Chile, Perú y Colombia-, el aumento de los ciberataques obedece a la evolución digital en todas las industrias, a la expansión del teletrabajo, a la mayor rentabilidad que hoy significan para las organizaciones criminales los activos digitales, y a la inexistencia de una cultura de ciberseguridad entre los miembros de las propias organizaciones.
“El teletrabajo nos facilitó la vida a todos durante la pandemia, pero también amplió la superficie de riesgo que ahora se encuentra distribuida tanto dentro como fuera de las empresas o reparticiones públicas. La mayoría de estos ataques ocurren porque alguien abrió una ventana abierta al pinchar algún link o al no implementar algún parche digital, con la gravedad de que generalmente pasan meses hasta que se dan cuenta y el daño ya está hecho”, explica el gerente general de Netprovider, Alberto Castañeda.
El ejecutivo agrega que los ciberataques no son nuevos, aunque la diferencia de los últimos dos o tres años es el incremento del volumen de estos incidentes. Por eso, Castañeda sostiene que “la educación sobre ciberprotección debiese ir a la par con, por ejemplo, la enseñanza para prevenir accidentes de tránsito, desde niños. Todo nuestro foco lo ponemos en el cuidado físico de las personas, pero nos olvidamos de que una parte importante de nuestras vidas ocurre también en el mundo digital, sin que sepamos como prevenir o detectar amenazas cada vez más frecuentes”.
Otra falencia detectada por este ejecutivo es la infravaloración de la ciberseguridad, lo que en ocasiones genera que algunas organizaciones posterguen o minimicen decisiones de ciberprotección. Sin embargo, comenta que ataques como los que afectaron al Estado Mayor Conjunto, al Poder Judicial y a la Comisión Nacional de Acreditación, sirven para una mejor toma de conciencia de que junto con las inagotables oportunidades que ofrece la tecnología, existen también amenazas que hasta hace poco no eran tan conocidas.
Fuente: 360 Comunicaciones.