Miguel Saralegui, académico del Instituto de Historia USS, revela algunos detalles sobre el origen
de este encuentro mundial del deporte, catalogado en su época como un evento “sagrado”.
En el mundo de la Antigua Grecia se celebraban diversas competencias deportivas, entre ellas: los
Juegos Píticos, Ístmicos, Nemeos y Olímpicos. Estos últimos, realizados en la ciudad de Olimpia y
cuyo origen data del año 776 antes de Cristo.
Miguel Saralegui, académico del Instituto de Historia de la Universidad San Sebastián presenta una
serie de curiosidades en torno al evento que hoy reúne a todo el mundo por el deporte, pero, desde
la perspectiva de sus orígenes.
Figura del “héroe” y mitología griega
El principal motivo de los juegos se basaba en emular a los dioses y semidioses de la mitología
griega. En el caso de los Juegos Olímpicos, estos se realizaban en honor a su dios más importante:
Zeus. Por lo mismo, el encuentro no era considerado un “espectáculo”, sino que más bien un “evento
sagrado” en el que el ganador sería recordado por siempre. De ahí que se viera representado en
figuras heroicas como Aquiles y Ulises, a pesar de que estos no participaran en los Juegos Olímpicos.
Además, la coronación de los ganadores con ramas de olivos simbolizaba otras características
heroicas, como la inmortalidad, la vida, la victoria, la fertilidad y la paz. Una manifestación muy clara
y rotunda del espíritu clásico y griego.
Encuentro aristócrata e idea masculina del cuerpo
Los Juegos Olímpicos eran uno de los pocos lugares de reunión de la Hélade (aquellos que hablaban
griego), denominación homérica de la Grecia Continental. Con el fin de buscar la excelencia física y
espiritual, solo eran convocados los hombres libres, generalmente de la aristocracia. Además, los
juegos también servían de preparación militar, motivo por el que solo participaban hombres.
Cabe destacar que la concepción de belleza se centralizaba en lo masculino. Por ende, quien
resultara ganador también tenía “mejor alma”. Siendo el cuerpo símbolo de fortaleza, una de las
maneras de demostrar este rasgo era a través de la desnudez de los deportistas mientras
participaban en el campo de competencia, aunque también se explicaba por otros factores, como el
clima de la zona y el confort que entregaba a la hora de realizar los ejercicios.
Competencias
A diferencia de las más de 30 disciplinas que existen actualmente, en ese entonces las principales
competencias eran las carreras de carros, luchas y pruebas de velocidad. “Si bien, eran juegos con
menos especialidades, estas tenían alto valor económico, como lo era en el caso de los caballos”,
señala Saralegui. Una metáfora de lo que actualmente sería la Fórmula 1 de aquella época.
También había juegos femeninos
Los llamados “Juegos Hereos”, celebrados en honor a la diosa Hera (esposa de Zeus), eran
exclusivamente para mujeres. No obstante, su objetivo tenía que ver con el rito de esposarse y
encontrar marido. Por lo mismo, las participantes eran generalmente doncellas solteras que, al
realizar estos ejercicios, demostraban su habilidad atlética y fertilidad. En comparación a los
hombres, ellas solo realizaban pruebas de velocidad y de menores distancias.
Exponentes famosos
Leónidas de Rodas fue uno de los atletas más premiados de la antigüedad, siendo coronado 12 veces
durante cuatro Juegos Olímpicos consecutivos (164 a.C, 160 a.C., 156 a.C., y 152 a.C.), récord que recién
fue alcanzado dos mil años después, por el nadador Michael Phelps.
Fuente: USS.