Riesgo de estanflación, problemas en la cadena de suministro mundial, y efectos de la guerra de Ucrania, así como la incertidumbre interna, fueron parte de los temas abordados en el Webinar Perspectivas Económicas Globales (GEP, por su sigla en inglés), organizado por Clapes UC, el Banco Mundial y la Facultad de Economía y Administración de la Universidad Católica.
José Miguel Sánchez, decano de la Facultad de Economía y Administración UC, y Verónica Brandon, representante del Banco Mundial en Chile, dieron inicio al seminario. El primero recalcó lo difícil pero necesario que resultaba hacer un informe de proyecciones en el momento actual, en que el país y el mundo han tenido dos años muy arduos. Virginia Brandon añadió que, en el complejo contexto internacional, los esfuerzos deben estar puestos en el mayor crecimiento económico y, al mismo tiempo, en reajustar el equilibrio hacia una mayor equidad, inclusión y sostenibilidad ambiental.
El economista Líder del Grupo de Proyecciones del Banco Mundial, Carlos Arteta, abrió la discusión, entregando los lineamientos del informe del Banco Mundial presentado a inicios de junio.
Como agravante de la pandemia del COVID 19, indicó, existe un riesgo de estanflación similar al vivido en la década de los 70. De acuerdo con las últimas proyecciones del Banco Mundial, el crecimiento del mundo este año sería 2,9%, bastante menor al 4,1% proyectado en enero de 2022, lejos del crecimiento de 5,7% de 2021 y con considerables riesgos a la baja. En cuanto a la inflación, la mediana de los países en desarrollo es de 10% y en el caso de Estados Unidos es la más alta en 40 años. Asimismo, se prevé que el crecimiento potencial del mundo en la década que viene será 0,6% más bajo que en la década pasada, señaló Arteta.
Junto a lo anterior, enfatizó la necesidad de avanzar hacia una economía más sustentable, por ejemplo, reduciendo desperdicios de alimentos y el consumo de energías fósiles.
La profesora asociada y directora docente del Instituto de Economía UC, Verónica Mies, y el coordinador macroeconómico de Clapes UC, Hermann González, comentaron la presentación.
El rápido deterioro de las perspectivas globales desde enero a la fecha, con un aceleramiento de la inflación tras fuertes impulsos fiscales y monetarios, sumado a una respuesta atrasada en el mundo desarrollado, está generando riesgos de, por un lado, mayor inflación y, a la vez, un potencial desanclaje de expectativas, con los consecuentes efectos en el sector real, como fuertes aumentos de tasas de interés y apreciación del dólar, advirtió Mies.
Por su parte, Hermann González indicó que además del complejo escenario mundial presentado en el informe, la incertidumbre local se ubica en máximos históricos, debido no solo a la situación económica (alta inflación y bajo crecimiento), sino también a los efectos de un conjunto de reformas estructurales y al cambio constitucional, por lo cual enfatizó en que es indispensable que el proceso de reformas que se inicia en nuestro país considere este contexto, para así evitar los efectos negativos sobre la inversión, el crecimiento y el empleo.
El director de Clapes UC, Felipe Larraín, señaló que el mundo está mejor preparado que en la década de los 70 para enfrentar un escenario de estanflación, debido a que el aumento del precio del petróleo ha sido menor, las instituciones financieras son más robustas y hay una mayor credibilidad de los bancos centrales.
No obstante, se enfrentan riesgos, como el crecimiento a la baja, con muchos países a los cuales les será difícil evitar una recesión.
Es el caso de Chile, donde las perspectivas de una recesión técnica son altas, escenario que se agrava debido a la alta incertidumbre política y económica.
Estos antecedentes, añadió, deben ser considerados en la reforma tributaria del Gobierno. De acuerdo con un estudio de Clapes UC, haciendo las correcciones por seguridad social, nivel de ingreso y estructura poblacional, la carga tributaria chilena queda 2 puntos del PIB bajo el promedio de la OCDE. Si se considera que la reforma tributaria del gobierno significaría unos 4,3 puntos del PIB, la aplicación de esta reforma llevaría a que la carga tributaria chilena neta de seguridad social quedara entre 1,3 y 2,3 puntos sobre el promedio OCDE, y alrededor de 6,5 puntos sobre el promedio latinoamericano, lo que puede tener efectos negativos en la inversión, crecimiento y empleo.
Fuente: CLAPES UC.