El gremio apoya el sentir de los pequeños productores lecheros ante el presunto acuerdo de las grandes empresas procesadoras de lácteos, para fijar unilateralmente el precio de compra de la materia prima. Una problemática que traería consecuencias importantes tanto en la economía como en el consumo de leche a nivel nacional.
Los pequeños productores de leche están preocupados. El precio de compra de su producción está cada vez más bajo, frente a lo que en el ambiente se señala como colusión de las grandes empresas que compran su leche para producirla a gran escala. Una denuncia que fue acogida por el Colegio de Médicos Veterinarios (COLMEVET) y que preocupa al gremio por las implicancias tanto en el marco económico como ganadero.
Sobre la problemática puntual, Fernando Álvarez, Secretario General del COLMEVET explica que a los pequeños y medianos productores “no les compran su producción por bajo volumen o no tienen fuerza ni organización para negociar mejores precios. Tampoco cuentan con tecnología avanzada que les permita optar a los bonos que pagan las plantas por calidad o inocuidad, y por lo tanto se les paga muy bajos precios”.
Las implicancias de esta situación no son menores. La cadena de comercialización de la leche afecta a los productores directamente por los bajos precios pagados y los desanima a seguir produciendo, dado que son ellos los que arriesgan su capital ganadero frente a la escasa ganancia que les queda. “Por otra parte, las empresas fijan los precios hacia el consumidor final, por lo cual compramos leche y derivados muy caros, lo que frena el consumo. Sin embargo, ellos mantienen una alta rentabilidad”, asegura Álvarez.
Pérdida de patrimonio genético y cesantía
En general, en el mercado internacional las plantas procesadoras de leche bovina negocian los precios con los productores en relación a la oferta y demanda interna, y a los precios de la leche en polvo y sus derivados en el mercado internacional, situación que de acuerdo a COLMEVET, no ocurre en Chile. “Por el contrario, cuando sube el precio internacional esto no se refleja en los precios al productor. Por ejemplo, entre el 2008 y 2013, el valor de la tonelada de leche en polvo en el mercado internacional subió de USD 2.000 a USD 5.000, pero el precio real a los productores bajó de $228 el litro de leche fluida a $197 (ODEPA). Esto los desalienta y miles de ellos han optado por arrendar sus tierras, terminar su ganado o dedicarse a otro rubro. Esto provoca cesantía, pérdida de patrimonio genético de calidad, frena el desarrollo de la masa ganadera y el consumo de leche”, afirma Fernando Álvarez.
La disminución sostenida de lecherías en el país tiene otra consecuencia: la pérdida de patrimonio genético del ganado. Lograr que una empresa produzca leche de calidad requiere un trabajo sistemático y fuertes inversiones en infraestructura y animales de alto rendimiento, que a su vez requieren gran cuidado sanitario y veterinario para impedir enfermedades. “Todo ese trabajo especializado se puede destruir en un corto período si la rentabilidad, que depende en gran medida de los precios que les pagan por sus productos, se deteriora bruscamente. Ello ha venido ocurriendo en Chile en las últimas décadas con una pérdida patrimonial de múltiples consecuencias”, asegura el profesional.
Álvarez señala que para cualquier país lo ideal es autoabastecerse de leche y en lo posible producir excedentes para la exportación. Sin embargo, estamos lejos de esa realidad ya que anualmente se importan 53 mil toneladas de leche en polvo por un valor de USD 237 millones para cubrir nuestras necesidades.
El secretario del COLMEVET explica que esta actividad requiere de médicos veterinarios tanto para la atención de casos clínicos, como para asesorías de manejo reproductivo, alimentación y genética. Pero la desaparición de lecherías afecta una fuente de empleo donde el rol que cumplen como especialistas es vital para el éxito de esta actividad económica.
Fuente: Comunicaciones Colegio Médico Veterinario de Chile.