Por Patricio Vera, gerente de Operaciones y Tecnología de Unnio Seguros Generales
En la era digital actual, la intersección entre la economía y las nuevas tecnologías ha dado lugar a una transformación sin precedentes en diversos sectores, y la industria de seguros no es la excepción. Uno de los fenómenos más notables que ha emergido es la hiperpersonalización, una tendencia que redefine la creación de productos y cómo las compañías de seguros interactúan con sus clientes.
En un mundo cada vez más globalizado, pareciese ser que la generalidad es la clave, pero a la par de la creciente conectividad, también se vislumbra la identidad local, una idea que se resume en el concepto económico glocalización, el que hace referencia a personas, comunidades, organizaciones o grupos que están dispuestos a pensar globalmente y actuar localmente. Lo que, para las empresas, implica una adaptación a las peculiaridades de cada entorno, generando diferenciación a través de las demandas locales.
He aquí que la hiperpersonalización, se convierte en una tendencia que, si bien implica nuevos desafíos, nos ayuda a individualizar prestaciones, a través de distintos aspectos como la precisión en la evaluación del riesgo, que permite a las aseguradoras recopilar y analizar grandes cantidades de datos, que facilitan y mejoran la exactitud en la creación de servicios, permitiendo tarifas más ajustadas, razonables y justas.
Al personalizar las ofertas según las necesidades individuales, las aseguradoras también podemos mejorar significativamente la experiencia de nuestros clientes, ofreciendo pólizas que se adapten mejor a sus estilos de vida, aumentando así la satisfacción y fortaleciendo la relación a largo plazo.
Cabe destacar que la hiperpersonalización, es una gran fórmula para fomentar la innovación en la creación de nuevos productos y servicios, que permitan llegar a nuevos sectores de la sociedad, generar soluciones específicas para grupos demográficos particulares, abordar necesidades emergentes y adaptarnos más fácilmente a las cambiantes expectativas de los consumidores.
Eso sí, la incorporación de estos nuevos beneficios que acarrea el mundo digital, también nos obliga a ser más estrictos en nuestras políticas y nos enfrenta a desafíos como la correcta gestión en la protección de la privacidad de nuestros clientes, estableciendo mecanismos para garantizar el cumplimiento de los estándares éticos y legales, manteniendo la confianza de las personas. También genera un reto en cuanto a infraestructura y protocolos de seguridad, que permitan gestionar en forma eficaz la avalancha de información que significa el contar con una enorme cantidad de data.
Abordar la brecha digital también se convierte en un reto en esta nueva era, en esta fase de adaptación, no podemos dejar atrás a aquellos que no tienen acceso a la tecnología o que no están familiarizados con ella. Las aseguradoras debemos abordar este desafío para garantizar que los beneficios de la hiperpersonalización sean inclusivos.
Finalmente, la colaboración entre el sector asegurador, los entes reguladores y expertos en tecnología será un eje fundamental para aprovechar plenamente el potencial transformador de la hiperpersonalización en el mundo de los seguros.
Fuente: LRM Comunicaciones