- En seminario realizado en Clapes UC el diagnóstico común fue que el régimen actual perdió credibilidad, impide la gobernabilidad y ha dejado de representar a los ciudadanos.
Un amplio consenso hubo entre quienes intervinieron en el seminario “Sistema político: una reforma necesaria y urgente”, organizado por Clapes UC, sobre los cambios profundos e impostergables que requiere nuestro actual régimen político.
Hasta el Salón de Honor de la Casa Central de la Universidad Católica llegó el Director de Clapes UC, Felipe Larraín; el sociólogo y codirector del Magíster en Comunicación Política y Asuntos Públicos de la UAI, Max Colodro; el senador y expresidente del Senado, Juan Antonio Coloma (UDI); la presidenta de Evópoli, Gloria Hutt; la senadora y presidenta del PS, Paulina Vodanovic; y la coordinadora legal de Clapes UC, Karin Moore.
El primero en intervenir fue el Director de Clapes UC, quien sostuvo que “la incapacidad para alcanzar acuerdos ha entrampado soluciones a demandas ciudadanas vitales, como la reforma del sistema de pensiones, la mejora en la salud y la educación”.
Explicó que los expertos y los consejeros constitucionales que formaron parte del último proceso constitucional -con el que Clapes UC colaboró activamente- identificaron cuatro ejes esenciales para mejorar el sistema político: fortalecer la relación entre el Ejecutivo y el Congreso; reducir la fragmentación dentro del Parlamento; fortalecer los partidos políticos y limitar el discolaje; y promover la participación ciudadana.
El senador Coloma dijo que efectivamente “estamos enfrentando lo que yo llamo un cortoplacismo frenético: lo que es para mañana es lo único que importa, no hay proyectos de largo plazo. Además, hay una insatisfacción permanente de la ciudadanía, lo que se suma a un ambiente de amplia polarización”.
“Hoy tenemos problemas para gobernar, porque la estructura política en Chile hace muy difícil gobernar. Tenemos 22 partidos políticos con los cuales cuesta generar acuerdos constructivos legislativos y, lo más importante, satisfacer las demandas de la ciudadanía”.
Agregó que “espero que podamos hacer cambios profundos y que exista ahora el espacio, porque si no cambiamos el eje volviendo a valorar los acuerdos y que se puedan hacer cosas en común, creo que el proceso de desafección va a ser creciente”.
La senadora Vodanovic coincidió con su par de la UDI en que “esta reforma es urgente y necesaria. El problema hoy está en la inmediatez y en no trabajar siempre mirándonos los zapatos sino mirando el horizonte”.
Para avanzar en este proceso propuso que “hagamos una lista, sentémonos todos, la sociedad civil, los políticos y los parlamentarios a cumplir con este desafío e identificar qué cambios son necesarios”.
Además, planteó que se debe poner énfasis en el control previo a la formación de partidos políticos, identificar quiénes están detrás, quiénes los financian para evitar que los dineros provengan del crimen organizado como sucede en otros países.
Proporcional versus mayoritario
La presidenta de Evópoli también estuvo de acuerdo en la demanda urgente de modificar de manera profunda nuestro sistema político, pero advirtió que “hay que poner el foco en cómo corregimos esta cultura organizacional y también cómo anticipamos que la gobernabilidad futura, para la cual estaremos construyendo este sistema, quede protegida”.
Señaló que “sería un error descuartizarlo y empezar a abordar este proyecto por pedazos” y que “dada la baja credibilidad que hoy tiene el mundo político, creo que no sería bueno que los propios incumbentes generarán las propuestas de solución”. “Tenemos que preocuparnos de la estabilidad democrática, del equilibrio de los poderes y de los ciudadanos, que se han ido olvidando”, precisó.
Mientras que Max Colodro afirmó que “la reforma al sistema electoral del año 2015 fue muy mala. Le hizo al sistema político un daño similar al que le hizo la reforma tributaria del 2014 al crecimiento y la inversión. Fueron malas y complejas”.
Por tanto, aseveró que “debemos tener una discusión seria sobre si queremos tener un sistema mayoritario o proporcional. Ese es el debate de fondo. No podemos tener ambas cosas en el óptimo”. “Los sistemas mayoritarios no son ni más ni menos democráticos que los proporcionales. Aquí la pregunta es cuál es la finalidad, qué queremos hacer”, puntualizó.
En tanto, Karin Moore argumentó que “desde 2015, hemos visto un aumento significativo en el número de partidos y legisladores independientes, lo que dificulta la formación de consensos y la implementación de programas de gobierno (…) esta dispersión parlamentaria también incrementa la percepción de disfuncionalidad política entre la ciudadanía, minando la confianza en nuestras instituciones democráticas”.
Finalmente, propuso que “el sistema político debe considerarse como un ecosistema interconectado, donde los cambios en un componente afectan a todos los demás. Por ello, cualquier intento de reforma debe ser integral, abarcando no solo el sistema electoral, sino también las reglas que incentivan la cooperación entre el Ejecutivo y el Legislativo”.
Fuente: Clapes UC