· Iniciativa de estudiante de Diseño de la PUCV pretende dar una segunda oportunidad a los residuos utilizados en la agricultura.
Más de 1.200 metros cuadrados de cinta de riego, 35 agricultores y cuatro talleres bastaron para dar una segunda oportunidad a un material que, tradicionalmente, se descarta en la agricultura: las mangueras plásticas de riego. Una innovadora idea de María Consuelo Pulgar, estudiante de Diseño de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso, que busca dar solución a una problemática que, a la fecha, aún no ha sido resuelta.
“Mi proyecto consiste en la realización de talleres que buscan exponer la problemática de los residuos plásticos en la agricultura y además ayudar a su valorización por parte de quienes trabajen en el rubro”, señaló la estudiante de la PUCV, María Consuelo Pulgar.
El producto final es un canasto fabricado con los restos de mangueras de riego, las cuales están confeccionadas en su mayoría de polietileno y que tardan más de 150 años en degradarse. “Se diseña un trabajo práctico que es un sistema constructivo en base a tejidos a través de matrices y diversas herramientas, donde lo que buscamos es que los agricultores, agrónomos o estudiantes puedan entender el valor que existe detrás de los materiales y también la problemática en cuanto a contaminación que estos generan”, señaló Pulgar.
Los talleres se denominan “Plásticos en el Riego” y se enmarcan dentro de la Estrategia Agroalimentaria de Quillota (EAQ) que lidera Centro Ceres de la PUCV y que se ejecutan en la misma comuna. “Este proyecto surgió por la necesidad que existe en la agricultura de generar una respuesta para los plásticos, dada la escasez hídrica. Vimos que la cinta de riego sigue en buen estado y que, además, es de fácil acceso para los agricultores”, precisó la estudiante.
La coordinadora de EAQ del Centro Ceres de la PUCV, Andrea Flores, evaluó positivamente este tipo de iniciativas, relevando su aporte a la construcción de sistemas productivos sostenibles. “En la medida que estas iniciativas instalen capacidades entre las y los agricultores para desarrollar acciones de reciclaje y reutilización de materiales que impactan negativamente el medioambiente, pero que su utilización es imprescindible, contribuirán con metodologías sostenibles la gestión de residuos en la agricultura”, indicó.
Actualmente el proyecto se trabaja en conjunto con el Programa de Desarrollo de Acción Local (Prodesal) de Quillota. Su coordinadora, Katherine Hernández, señaló que “con esta iniciativa, el agricultor aprendió que puede darle un doble uso a la cinta, que puede reciclarlo y hacer algo bonito, lo cual puede ser hasta utilizado para ventas en nuestro Mercado de Productos Limpios. Es importante que la pequeña agricultura reciba este tipo de alternativas para poder reciclar y así eliminar las malas prácticas”, enfatizó.
Fuente: PUCV.