Terminada la frustrada negociación de reajuste salarial para el Sector Público el año 2015, en la que el Gobierno impuso su criterio sin contrapeso alguno, la CONFUSAM advirtió que asumiendo la derrota propinada por las autoridades, la negociación 2016 sería muy distinta por cuanto, previendo que en un escenario económico más complejo, las autoridades nuevamente intentarían imponer un reajuste magro a fin de contener gasto con cargo al bolsillo de su propio personal, sería inevitable que dicha negociación se desarrollara en un escenario de movilizaciones crecientes.
Ya el pasado Viernes 16 del corriente, el Ministro de Hacienda propuso una oferta miserable de reajuste salarial de 2.9%, muy lejana a nuestra demanda de 7.5%, pero en línea con lo que era de esperar del actual Gobierno. Dicha cifra supone, además de una pérdida de poder adquisitivo del orden de 0.7% dadas las expectativas de inflación previstas por el Banco Central para 2017, un proceso extremadamente complejo por cuanto es sabido que desde su cifra inicial, todo Ministro de Hacienda suele crecer de manera marginal haciendo que nuestras posibilidades de lograr un reajuste cercano a nuestras expectativas, obligadamente pasan por lograr medidas de presión con nuestras bases de magnitud superior a las ya conocidas por distintos gobiernos.
Entregada la información a nuestras bases en el país, las reacciones fueron de completa indignación y exigencias de inmediata movilización para forzar a las autoridades a mejorar su propuesta, respuesta por cierto esperable, pero cuya intensidad da cuenta de un estado de ánimo de las y los miles de servidores de los servicios públicos proclive a una movilización de creciente intensidad, hecho que nos motiva a hacer un público llamado a las autoridades de Gobierno a poner sobre la mesa de negociaciones propuestas atendibles y que no sigan en la lógica de hacer pesar sobre el bolsillo de trabajadores los problemas de una economía al servicio de los más poderosos, tal cual lo muestran sistemáticamente cifras que hablan de utilidades cuantiosas en la banca, en los seguros de salud privados y otros sectores de la economía nacional, muestra clara de un modelo de desarrollo en el que la característica más visible es el de la concentración brutal de la riqueza en unas pocas familias, fenómeno que se sustenta en el tiempo producto de la complicidad con los grande grupos empresariales de sucesivos gobiernos post dictadura, además de una clase política que ha dado cuenta permanente de su comodidad bajo el modelo económico y político imperante.
De no lograr avances sustantivos en la oferta del Gobierno, la respuesta obvia de las y los trabajadores será de una movilización creciente, intensa y prolongada.
Fuente: Confusam.