Ante la ley recién aprobada por el Congreso Nacional que cambia por completo el sistema de selección de los liceos emblemáticos, entre ellos, del Instituto Nacional, el Centro de Padres y apoderados del Instituto declara:
1º La misión del Instituto Nacional es, en palabras de Camilo Henríquez, “dar a la patria ciudadanos que la defiendan, la dirijan, la hagan florecer, y le den honor». El Instituto a lo largo de más de 200 años de historia ha cumplido fiel e ininterrumpidamente esta noble misión.
2º El Instituto Nacional permite hoy y ha permitido siempre que jóvenes de talento y vocación por el estudio, pero sin recursos puedan, en virtud de sus propios méritos, ingresar a las carreras universitarias más exigentes y, en consecuencia, incorporarse a las capas dirigentes de Chile.
3º El Instituto Nacional es un establecimiento público, gratuito, inclusivo y de calidad. Un 60% de sus alumnos proviene de hogares con ingresos menores a los $576.000 mensuales. Un 29% proviene de hogares con menos de $288.000 mensuales. Los resultados académicos de estos alumnos del Instituto a la hora de ingresar a la universidad no dependen del ingreso de su padres. La cuna aquí no manda.
4º Para seguir cumpliendo su noble misión el Instituto debe seguir seleccionando profesores y alumnos de gran capacidad. En cuanto a los alumnos dicho sistema tradicional combina promedios de notas y un examen de admisión, elaborado por los propios profesores del liceo, que mide aptitudes matemáticas y verbales. Este sistema de admisión está probado, sabemos que funciona. ¿Por qué cambiarlo? ¿Por qué experimentar con nuestros niños? ¿Por qué usar a nuestros hijos como conejillos de laboratorio?
5º El sistema aprobado –un 30% seleccionado y un 70% al azar– hará caer aceleradamente la calidad del alumnado seleccionado al Instituto Nacional y demás liceos de excelencia académica. Se pasa así de la selección por mérito académico a la rifa. La heterogeneidad de los alumnos dificultará la labor pedagógica del profesorado. El nuevo sistema es una farsa y un engaño. Los que ingresen al Instituto Nacional creerán que ingresan al Instituto Nacional, pero ya no ingresarán al verdadero Instituto Nacional que conocemos. En el fondo, habrá dos colegios en uno.
6º Es un error creer que el 30% mejor logrará influir en el 70% peor del colegio. Es probable que ocurra justo lo contrario.
7º Es un error creer que los alumnos que hoy entran por mérito al Instituto Nacional tendrían los mismos resultados en otros colegios. Hay estudios estadísticos que prueban y calculan el aporte que hace el Instituto Nacional a los alumnos que selecciona. (Bucarey y otros, 2013)
8º El Instituto Nacional es y debe seguir siendo un ejemplo de lo que puede lograr la educación pública. Los liceos emblemáticos logran igualar los resultados de los colegios particulares pagados en términos de acceso a las universidades más demandadas y exigentes, la Universidad Católica y la Universidad de Chile. En efecto, algo más de un 17% de los alumnos egresados de los colegios particular-pagados e, igualmente, algo más de un 17% de los liceos emblemáticos ingresa a alguna de esas dos universidades. En el caso del Instituto Nacional, más de un 36% de sus egresados entra a la Católica o a la Chile. Necesitamos más Institutos Nacionales, más Liceos Nº1, más Carmelas Carvajales, más Liceos Nacional de Maipú. No menos.
8º El Instituto Nacional y demás liceos de excelencia, cuyo plan de estudios está diseñado para jóvenes de especial talento intelectual y esfuerzo, constituyen el único vehículo confiable que permite a un alumno de un hogar vulnerable llegar por sí mismo a los cargos dirigentes del país. Destruir este excepcional vehículo de movilidad social es una insensatez y una irresponsabilidad histórica. Acceder al círculo dirigente será un privilegio de los que pueden acceder a colegios privados, pagados y exclusivos. El círculo dirigente que ya es acotado, gracias a esta ley, será todavía más estrecho.
9º Esperamos que esta ley se modifique. La próxima ley sobre educación pública puede ser una buena ocasión para hacerlo.
10º Llamamos a los apoderados del Instituto Nacional y de los demás liceos emblemáticos, a sus profesores, alumnos y exalumnos, cualquiera sea su color político, a asumir con entusiasmo esta tarea de proyección histórica: salvemos lo mejor que ha producido la educación pública de Chile, salvemos al Instituto Nacional y a los demás liceos emblemáticos.
Santiago, 28 de enero del 2015
CENTRO DE PADRES Y APODERADOS DEL INSTITUTO NACIONAL
CEPAIN