1) Manifestamos nuestra solidaridad con Rodrigo, su familia, amigos, la comunidad de la Pontificia Universidad Católica de Chile, representada por el Rector Ignacio Sánchez; y los miles de estudiantes que se mantienen movilizados en el país en defensa de una mejor educación y que hoy unen sus plegarias por el pronto restablecimiento de su salud. Al mismo tiempo, declaramos también nuestro apoyo con el estudiante de la U. de Santiago, Luciano Debrott, quien recibió un impacto de bomba lacrimógena en su cabeza, en el marco de la movilización estudiantil del 14 de mayo recién pasado.
2) Llamamos a todas las instituciones, especialmente a Carabineros de Chile y al Poder Judicial a investigar y esclarecer lo más rápido posible los hechos ocurridos, tanto en las acciones que rodearon el grave accidente de Rodrigo Avilés, como otras situaciones de violencia en que se vieron involucrados funcionarios de Fuerzas del Orden y ciudadanos que se han difundido por medios de prensa.
3) Se hace imperioso una revisión a los procedimientos establecidos por las fuerzas policiacas ante este tipo de casos, puesto que es necesario, junto con mantener el orden público, asegurar que los ciudadanos y nuestros estudiantes puedan manifestarse con real libertad y sin el temor de ser reprimidos o malheridos.
4) Como sociedad acabamos de despedir a Exequiel Borvarán y Diego Guzmán, hace sólo unos días. Hoy vemos cómo un joven estudiante lucha por salir de un estado de extrema gravedad. No podemos permitir que la justa demanda por una educación de calidad termine en más y más violencia.
5) Debemos impedir que estos hechos se repitan. Para ello llamamos a nuestras autoridades a escuchar sin dilación las peticiones de comunidades organizadas y ciudadanos de todo el país que demandan de sus autoridades respuestas claras y nuevos y mejores caminos de franca discusión y diálogo fraternal.