- Las metas concretas del mundo logístico en nuestro país son las siguientes: Para 2035: sólo maquinaria eléctrica y para 2050: toda maquinaria circulante eléctrica.
- “Indudablemente, la electromovilidad se perfila como el estándar en los próximos años. Sin embargo, es crucial no limitarse a la mera adopción de una flota eléctrica como la solución definitiva al problema de la contaminación, ya que es importante enfatizar que lo vital es saber cuál es la matriz energética, es decir, dónde vas a cargar tus vehículos, y para ello debes saber que no es lo mismo que esta sea 50% de carbón o 100% renovable. Este factor determina verdaderamente el impacto ambiental y la contribución de una empresa a la reducción de la huella de carbono”, reflexiona Gonzalo Fuenzalida Zegers, Co-Founder & Chief Commercial Officer de Tranciti.
En Chile, en los últimos años, la aplicación de la logística verde en toda la supply chain de las principales empresas de Chile ha ido ganando gran relevancia a raíz del interés por conseguir la sostenibilidad ambiental.
En términos generales, una logística verde es una estrategia que permite que organizaciones puedan seguir creciendo de manera exponencial, pero reduciendo, de manera considerable, el impacto medioambiental que pudieran generar sus operaciones.
Entre sus objetivos concretos está reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, optimizar el uso de recursos naturales, disminuir la generación de residuos y promover prácticas sostenibles en toda la cadena de suministro.
Chile lidera en América Latina como el primer país en fijar una meta de carbono neutralidad. En junio de 2022 se publicó la Ley Marco de Cambio Climático (LMCC) que, según se indica desde el Ministerio del Medio Ambiente, “crea un marco jurídico para que el país pueda enfrentar el cambio climático en materia de mitigación y adaptación en una mirada de largo plazo y así dar cumplimiento a sus compromisos internacionales asumidos en el Acuerdo de París, que persigue limitar el aumento de la temperatura global del planeta”. Por ello, Chile se ha puesto como meta, alcanzar la neutralidad de carbono a más tardar el 2050.
Lo anterior añade varios desafíos y compromisos del mundo de la logística en nuestro país.
“Como empresa hemos estado apoyando a distintos clientes que han decidido agregar flotas eléctricas en su logística. De hecho, durante 2023 participamos de ‘Explorando la Ruta Eléctrica del Cono sur: Un vistazo de la Electromovilidad en Chile’ que justamente tenía cómo propósito impulsar la electromovilidad como clave para un desarrollo sostenible y la neutralidad de la huella de carbono”, explica Gonzalo Fuenzalida Zegers, Co-Founder & Chief Commercial Officer de Tranciti, empresa pionera en Chile y a nivel Latam de entregar en una sola plataforma todas las herramientas que las empresas necesitan para contar con data en tiempo real y así, poder tomar decisiones informadas y más asertivas sobre sus procesos.
“Indudablemente, la electromovilidad se perfila como el estándar en los próximos años. Sin embargo, es crucial no limitarse a la mera adopción de una flota eléctrica como la solución definitiva al problema de la contaminación, ya que es importante enfatizar que lo vital es saber cuál es la matriz energética, es decir, dónde vas a cargar tus vehículos, y para ello debes saber que no es lo mismo que esta sea 50% de carbón o 100% renovable. Este factor determina verdaderamente el impacto ambiental y la contribución de una empresa a la reducción de la huella de carbono. Por ello, en nuestra plataforma, destacamos esta distinción para permitir que las empresas tomen decisiones informadas, basadas en datos reales”, enfatiza el profesional.
Por lo mismo, según explica el experto, el lugar dónde se carga un vehículo pasará a tener cada vez más importancia, muchas de las empresas de mayor tamaño tendrán la preocupación de contar con cargadores con energía limpia, muchas veces generadas desde sus mismas instalaciones.
“Sin duda, la electromovilidad conlleva nuevos desafíos y para eso, el análisis de la data, la comunicación M2M con el vehículo y el tipo de energía utilizada deben generar un valor real tanto en la información entregada como en proponer mejoras”, indica.
Para finalizar, Gonzalo indica que si bien se tiene la idea de que hay un menor riesgo de incendio que con los vehículos de combustión “te sorprenderías lo inflamable que pueden ser las baterías y que el extintor que la mayoría llevamos actualmente no es el indicado para apagar este tipo de fuego, por eso la educación sobre seguridad, reciclado y uso, debe ir de la mano con este importante cambio”.
Fuente: Tranciti