Adaptar la manera en que se entrega el contenido, conocer las dificultades de cada
estudiante y contar con herramientas para apoyar en caso de una desregulación,
son algunos de los temas que deben manejar los docentes al interior de la sala de
clases, para que los estudiantes logren un aprendizaje significativo.
Ana María Tello, directora de la escuela de Educación de Iplacex, aborda los
beneficios de contar con aulas inclusivas, y entrega recomendaciones para lograrlo.
Santiago, marzo 2025.- Profesores particulares, terapias y apoyo psico educativo son
algunas de las instancias que deben costear las familias para lograr la inclusión a nivel
escolar y social. En esa línea, el año 2022 se promulgó la ley TEA que busca asegurar
el derecho a educación para los estudiantes que se encuentran en este grupo, sin
discriminación.
La manera de aprender varía de persona a persona, por lo que es necesario contar con
opciones para hacer más atractivas las clases. En ese sentido, las capacitaciones y
compartir las experiencias exitosas son una de las instancias que se promueve entre
los colegios que cuentan con Programa de Integración Escolar (PIE), liderado por el
Ministerio de Educación.
“Para mejorar la atención y el apoyo a los niños, niñas y adolescentes que están dentro
del espectro, es fundamental fortalecer la detección temprana, aumentar la
disponibilidad y accesibilidad a servicios de diagnóstico, terapias y centros integrales,
capacitar a más profesionales en el área de la educación, promover la sensibilización y
la comprensión del trastorno del espectro autista en la sociedad, y asegurar una
implementación efectiva de las leyes de inclusión”, explica la directora de la escuela de
Educación de Iplacex, Ana María Tello.
En esa línea, la experta asegura que “para tener una sociedad inclusiva necesitamos
comenzar con intervenciones desde las aulas, por lo que la formación de los
profesionales de la educación debe centrarse en la inclusión, para así implementar
estrategias efectivas que garanticen educación de calidad en los distintos alumnos”.
Por otro lado, la inclusión de niños con necesidades educativas especiales en las salas
de clases vendría a beneficiar también al resto de sus compañeros. “La educación
inclusiva no solo beneficia a los estudiantes con TEA, sino que enriquece la experiencia
educativa para todos los niños. Al compartir un espacio de aprendizaje con compañeros
diversos, los estudiantes desarrollan empatía, tolerancia y una mayor comprensión de
las diferencias individuales”, explica Tello.
Fuente: 360comunicaciones.