En el 2017 se registraron en el mundo alrededor de 48 millones de casos, según el informe del 2020 de la OMS, alrededor del 49% de los casos de sepsis se contraen en el hospital1. Asimismo, en 2020 se reportó que cada año 11 millones de muertes se relacionan a la sepsis.
La sepsis aparece cuando la repuesta del cuerpo contra una infección lesiona los propios tejidos y órganos. Puede conducir a shock, falla orgánica múltiple y muerte – especialmente si no se reconoce a tiempo y es tratada con prontitud. La sepsis es la vía común hacia la muerte, provocada por muchas infecciones al rededor del mundo.
Frente a este contexto, cada 13 de septiembre se conmemora el Día Mundial de la Sepsis para concientizar a la población sobre la importancia de reconocer la enfermedad y así prevenirla y atenderla de forma adecuada. Así mismo, desde 2020 la OMS ha realizado un llamado a la acción mundial contra la sepsis, causa de una de cada cinco muertes en el mundo. «El mundo necesita fomentar con urgencia los esfuerzos por mejorar los datos sobre la sepsis para que todos los países puedan detectar y tratar a tiempo esta terrible afección», señala el Dr. Tedros Adhanom Ghebreyesus, Director General de la OMS. La sepsis aparece como respuesta a una infección. Si no se reconoce a tiempo y gestiona con prontitud, puede provocar choque séptico, insuficiencia multiorgánica y la muerte. Los pacientes críticamente enfermos con una modalidad grave de la COVID-19 y otras enfermedades infecciosas corren un mayor riesgo de evolucionar hacia una sepsis y morir.
Los supervivientes de una sepsis tampoco están fuera de peligro: solo la mitad de ellos se recuperarán por completo, el resto morirá antes de que haya transcurrido un año o se verán afectados por discapacidades de larga duración.
Fuente: Parla.