- Dra. Verónica Rubio Aguilar, académica e investigadora, Escuela de Trabajo Social, Universidad Santo Tomás, Viña del Mar
El lema establecido por la Federación Internacional de Trabajadoras/es Sociales para celebrar el Día Mundial del Trabajo Social 2023 es “Respetando la diversidad a través de la acción social conjunta”. De esta forma, desde la Carta de los Pueblos para un nuevo mundo social se comprende que el cambio ocurre desde lo local cuando se brinda la oportunidad de reconocer cómo las comunidades en los territorios realizan acciones que efectivamente nos conduzcan a todos, todas y todes a la transformación social inclusiva.
En este sentido el Trabajo Social desde un enfoque crítico, como disciplina comprometida con la justicia social, debe promover, acompañar y atravesar en conjunto con otras redes de colaboración, procesos de emancipación que permitan a todas las diversidades culturales y de género, entre muchas otras, romper con las inequidades sociales y estructurales que les oprimen. La contribución del Trabajo Social en todo el mundo para gestionar, liderar e intencionar políticas públicas que respeten y reconozcan los derechos de todas las diversidades, es el compromiso virtuoso establecido por la Federación Internacional de Trabajadores/as Sociales, la Asociación Internacional de Escuelas de Trabajo Social y el Consejo Internacional de Bienestar Social.
En el caso de Latinoamérica, además del enfoque crítico, la perspectiva decolonial es, sin duda, una de las mejores propuestas- epistémica, teórica y metodológica, de la que el Trabajo Social puede hacerse parte para develar las relaciones de poder y dominación que desde “nuestro descubrimiento”, han sometido a muchas diversidades – pueblos originarios, cosmovisiones simbólicas, cuerpos abyectos, identidades en tránsito – entre otras, por medio de cruentas y permanentes estrategias de asimilación y aniquilación. Sin duda las y los trabajadores sociales debemos promover y aportar con urgencia en los procesos de resignificación que permitan cuestionar y problematizar las bases eurocentradas del poder y las lógicas de la modernidad instaladas en el espacio que habitamos. De nosotras y nosotros depende agenciarnos para fisurar la matriz histórica colonial y así liberarnos de relaciones de dominación y subordinación. ¿Cómo podemos hacerlo? Desde la co-construcción consciente, dialógica, respetuosa y amorosa de múltiples espacios donde habite y se haga costumbre la dignidad y los derechos humanos, con el fin de aportar al reconocimiento de todas las diversidades que conforman la verdadera Latinoamérica que somos: caleidoscópica, indomable, libre y diversa.
Fuente: Simplicity