Decepcionada se mostró la diputada por la Región de Los Lagos, Marisol Turres, ante la “absoluta falta de respeto y preocupación” por parte de las autoridades regionales y comunales de Calbuco frente al grave problema y riesgo para la salud de cientos de vecinos del sector Caicaén por las deficiencias de la planta de agua potable rural (APR) que distribuye el líquido con altos niveles de sal, no apta para el consumo humano.
“Llevamos meses esperando que el Gobierno y las autoridades comunales concreten los compromisos que adquirieron con los vecinos de Caicaén. ¿Qué están esperando? ¿Tendremos que esperar que alguien se enferme gravemente o muera para resolver esta gravísima situación?”, indicó molesta la legisladora, agregando que “sólo después de que se tomaran la ruta las autoridades se reunieron con ellos, pero hasta el día de hoy no hay solución concreta a un problema que hace rato está en conocimiento de la autoridad e incluso puedo calificar de irregular y negligente, ya que todas las muestras microbiológicas y físico-químicas realizadas a la APR de Caicaén muestran que el agua no es apta para el consumo humano”.
Marisol Turres complementó sus palabras exhibiendo los oficios y cartas que a este respecto han recibido tanto el Intendente Regional, Nofal Abud, como la SEREMI de Salud de Los Lagos, en los que se expone la situación que mantiene a la población “desde hace mucho tiempo debemos estar acarreando agua por medio de bidones o camiones que nos entregan agua en los domicilios (…) siendo afortunados hasta el minuto en que no hemos tenido que lamentar la desgracia o fallecimiento por enfermedad de algún menor de edad o adulto mayor debido a los riesgos que implica en muchos casos no contar con agua potabilizada”, como indica la carta enviada el pasado 27 de mayo por Tamara Silva, Presidenta de la Junta de Vecinos Sector Rural Caicaén.
En ese sentido, la diputada Turres sugirió a la autoridad regional adquirir plantas desalinizadoras domiciliaras mientras se realizan los cambios definitivos para que la APR del sector supere sus deficiencias.
“Existe la tecnología y su costo es bajo. Por lo que el Gobierno podría responder rápidamente a esta emergencia sanitaria adquiriendo plantas desalinizadoras domiciliarias llamadas “de osmosis inversa”, que comprimen el agua de mar y al pasar por una membrana permite su potabilización. Insisto, su costo es de un millón y medio aproximadamente y por lo tanto, no hay excusas para que el Gobierno no dé respuesta rápida a las necesidades de abastecimiento de agua potable a los vecinos de Caicaén”, sostuvo la diputada Turres.
La parlamentaria adelantó que estudia acciones legales para obligar a las autoridades a solucionar el problema, argumentando que en respuesta a un oficio enviada por ella a la SEREMI de Salud, esta repartición admitió que el agua no está en condiciones de ser consumida por las personas, lo que, a juicio de Marisol Turres, “abre muchas interrogantes, entre otras, por qué la SEREMI no ha clausurado aún dicha APR”.
Fuente: Prensa Diputada Marisol Turres.