Un proyecto del Fondo Nacional de Desarrollo Cultural y las Artes (Fondart) que la académica de la Escuela de Diseño, Carolina Pino, se adjudicó en 2021 dio paso a una muestra que la profesora está exhibiendo actualmente en el Museo de Arte Contemporáneo (MAC) en Quinta Normal, que combina la ciencia con el arte. El proyecto es parte de diversos trabajos que Carolina desarrolló para su tesis doctoral de la Universidad de Valencia, España, sobre el tiempo digital.
La exposición “Tiempo y espacio: la certeza de la repetición” es una instalación electromecánica realizada para el Museo de Arte Contemporáneo entre abril y mayo de 2023, y que estará abierta al público desde mayo y hasta el 12 de agosto de este año.
El curador de la muestra es Elías Pérez, académico de la Facultad de Bellas Artes de la Universitat Politècnica de València y es guía de la tesis del Doctorado en Arte de Carolina Pino. El equipo de trabajo fue conformado por Boris Cofré, productor general; Luis Herrera, programador; José Manuel Fresno, diseño y fabricación de estructura; y Lukas Yunge, asistente.
La instalación muestra un reloj mecánico de grandes dimensiones (300 x 530 x 40 cms.) que contiene 56 manecillas de zinc movidas por motores que reaccionan a una información digital. Su movimiento es aleatorio hasta que el espectador se sitúa en un determinado lugar; es entonces cuando la pieza visualiza una hora legible, pero una hora que no corresponde al uso horario del espacio del museo, sino que es la hora de Marte recogida de una página de la NASA. Cerca del reloj, una pantalla muestra una imagen del planeta rojo disponible en tiempo real en internet.
“Fue increíble poder trabajar en ese espacio inmenso al que no se tiene posibilidad de acceder usualmente y usar el museo como un laboratorio”, señala Carolina. Sobre el hecho de poder presentarlo en el MAC, la académica señala que “quería hacer un trabajo imponente, de gran formato, que fuera kinético, que tuviera motores y metal, fierro, zinc. Que pudiera significar un gesto épico, a través de esos elementos. Qué significan esos materiales, esa escala, el espacio que ocupa, el espacio que abre…la experiencia estética”, cuenta.
Carolina también apunta a la actualidad. “En un contexto mundial en donde todo parece difuso, el espacio es muy importante en todos los ámbitos: físico, mental, digital, etc. Sentir ese vértigo hoy, nos hace sentir que no tenemos ejes ‘xyz’, pero que aún en ese caos existe una belleza. Por supuesto el tiempo, con similares características, ya tampoco es lineal…creo que es un momento histórico muy interesante para reflexionar sobre esto, básicamente la realidad y cómo la percibimos”, comenta.
El curador de la muestra es Elías Pérez, explica que la académica propone una reflexión sobre el tiempo como constructo social que ordena la vida. “Una construcción del pensamiento occidental que aborda el denominado tiempo objetivo o físico, basado en la serialidad y concebido como divisible y numerable, al que se atribuye como propiedad de los sucesos del mundo. Unas mediciones humanas que no se corresponden por una parte con los relojes biológicos humanos ni de otras especies, pero tampoco con el tiempo experimentado, el tiempo del conocimiento. Ese tiempo supuestamente objetivo no coincide con la naturaleza de su experiencia temporal en sentido psicológico, del cogito cartesiano que no es cuantificable ni divisible y ambos tiempos no comparten las mismas propiedades temporales”, señala.
En esa línea, el artículo aborda el tiempo en el espacio digital, entendido como el conjunto espacial virtual por medio del cual las personas interactuamos online, a través de una breve síntesis de las diferentes elaboraciones del concepto de tiempo y su transición en las diversas culturas y especies. Se describe, en primer lugar, el espacio digital como otro espacio a relacionar con la experiencia estética, en donde el ser humano se desvincula del espacio físico real en el que habita, por medio de algoritmos en evolución y se desmaterializa el cuerpo físico, los lugares y los objetos.
El trabajo intenta abrir posibilidades de reflexión hacia un espacio en donde el ser humano se ha desvinculado del espacio físico real en el que habita, para abrirse hacia un espacio digital. “El tiempo digital controlado por algoritmos nos ofrece un sinnúmero de eventos entremezclados y yuxtapuestos, que suceden al mismo tiempo en una vorágine de presente, pasado y futuro”, señala Elías Pérez.
Fuente: UAI