Idea del arquitecto Alejandro Aravena, quien en el 2016 fue galardonado con el Premio Pritzker, fue evaluado socialmente con el apoyo de la Escuela de Arquitectura y Diseño de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso.
La Pontificia Universidad Católica de Valparaíso, la empresa ELEMENTAL y la Municipalidad de Viña del Mar hace más de un año trabajan en conjunto para entregar una solución a los vecinos de la parte alta de Viña del Mar que se vieron afectados por el megaincendio que azotó a la Ciudad Jardín en febrero del 2024. La tragedia dejó como saldo cerca de 15.500 viviendas siniestradas, más de 8.500 hectáreas consumidas por el fuego y 131 personas fallecidas.
Tras la catástrofe, 300 estudiantes de la Escuela de Arquitectura y Diseño de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso, llegaron hasta la parte alta de Viña del Mar para colaborar de manera voluntaria con el retiro de escombros y entregar asesoría técnica para avanzar en la reconstrucción de casas.
En ese contexto, y tras la negativa de algunos pobladores para aceptar las viviendas de emergencia entregadas por no constituir un hogar definitivo, la Municipalidad de Viña del Mar convocó al Estudio de Arquitectura ELEMENTAL, quien, a través del renombrado arquitecto, Alejandro Aravena, propuso el proyecto Unidad Habitacional Progresiva como una vía paralela de reconstrucción. Se trata de viviendas verticales destinadas a grupos familiares que contempla diversas ampliaciones.
La instancia fue evaluada socialmente con apoyo de la Escuela de Arquitectura y Diseño de la PUCV y logró la aprobación de la Dirección de Presupuestos (DIPRES), organismo perteneciente al Ministerio de Hacienda para su implementación piloto.
A más de un año del lamentable evento, en el Salón de Honor de la PUCV, el propio Alejandro Aravena, ganador del prestigioso Premio Pritzker de Arquitectura, expuso los avances del proyecto en el seminario “Construyendo Futuro: una alternativa para una vivienda definitiva y progresiva”.
“Este seminario es la primera oportunidad en que uno puede levantar un poco la mirada porque hemos estado trabajando intensamente para poder hacer una reconstrucción lo más rápido posible; es muy importante no perder la perspectiva”, detalló Aravena, quien agregó que “lo que uno está tratando de mejorar no es solamente resolver la catástrofe y su impacto en los damnificados, sino que eventualmente estas operaciones podrían ser una mejora a futuro de cómo respondemos a esto, que inevitablemente es obvio que va a seguir pasando”.
El premiado arquitecto agregó que “la actividad permite que nivelemos la falta de conocimiento que tenemos a veces cuando estamos en presencia de la urgencia. La urgencia nos ciega y esta es una oportunidad en que creo que uno puede volver a hacer que la operación esté con integración y coordinación de los equipos multidisciplinarios que estos problemas requieren”.
CONTRIBUCIÓN DE LA PUCV
Para el rector de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso, Nelson Vásquez, “siempre es una alegría colaborar con las instituciones de nuestra región. Durante 97 años hemos estado contribuyendo fuertemente al desarrollo de nuestro país y en la actualidad tenemos una gran tarea por delante que se traduce en apoyar la reconstrucción de las viviendas que se quemaron en el último incendio que afectó a esta región”.
Vásquez agregó que “desde el primer minuto en que se produjo la devastación, nuestra universidad estuvo dispuesta a colaborar en distintitos aspectos desde lo espiritual, psicológico y en la reconstrucción, en un trabajo mancomunado con la Municipalidad de Viña del Mar”.
Al respecto, la alcaldesa de la Ciudad Jardín, Macarena Ripamonti, indicó que “tenemos que cambiar la mentalidad y la forma en la que nos aproximamos a un proceso de reconstrucción. Todos sabemos, por el debate público, que la construcción de las viviendas de emergencia no fue ni eficaz ni eficiente ni tampoco económicamente adecuada, más de un 60% de ellas fueron mal instaladas y no tenían los requerimientos técnicos adecuados en relación a la geografía de Viña del Mar”.
En cuanto al edificio Elemental, que además considera materiales y perspectiva de riesgo, la alcaldesa destacó que “se logró construir en seis horas y se convirtió en el faro de luz de una política que puede servir para los procesos de reconstrucción en casos de emergencia y muchísimo más. Necesitamos ser eficientes porque nada dice que en menos de un año requiramos de la caja pública en la que todos contribuimos para poder llegar a tener que solucionar una emergencia de este orden de magnitud”.
Por su parte el director de la Escuela de Arquitectura y Diseño de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso, David Luza, dijo que “la ruta para lograr una vivienda definitiva representa una arista relevante de la problemática que conocemos. Como unidad recogimos los escombros tras la tragedia y escuchamos a los vecinos. Este seminario entrega una perspectiva que nos concierne a todos”.
BENEFICIADOS VALORARON INSTANCIA
El trabajo en conjunto entre la Municipalidad de Viña, ELEMENTAL y la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso tiene un objetivo: los damnificados. Adrián Ampuero, uno de los damnificados beneficiados con el proyecto, y habitante del sector de El Olivar, señaló que “estoy gratamente sorprendido, el proyecto superó mi expectativa, ya que pensaba que era realmente algo menor; pude ver cómo hay un interés muy grande en solucionar los problemas de que existen en la reconstrucción de El Olivar y de todos los lugares después de un desastre”.
Ampuero agregó que “esto yo lo voy a divulgar entre mis vecinos la mayor cantidad de veces que pueda, porque esto nos alienta y nos hace sentir que no estamos solos. Estoy feliz de sentirme acompañado por la Municipalidad de Viña, Alejandro Aravena y la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso”.
El seminario realizado en el Salón de Honor de la PUCV finalizó con una mesa redonda en donde participaron el arquitecto Alejandro Aravena; Lorena Herrera, académica de la Escuela de Diseño y Arquitectura de la PUCV; Clarisa Hardy Raskovan, ex ministra de Planificación y el beneficiario Adrián Ampuero.
Fuente: PUCV.