El clásico del teatro chileno “Ánimas de día claro”, del destacado dramaturgo Alejandro Sieveking, fue el elegido para el XIII encuentro Escalera Arriba, a cargo de estudiantes de la Escuela de Teatro de la Universidad de Valparaíso, quienes se presentarán en cuatro cerros porteños en funciones con entrada liberada.
La actividad comienza este sábado 22 de enero, desde las 12 horas, en la Ecoplaza de Cabritería Norte, del cerro Los Placeres, y continúa desde las 16 horas en Ruíz Tagle con Apeles, Paradero 7 del cerro El Litre. El domingo 23 de enero, desde las 11 horas, se presentarán en la junta de vecinos n° 111 de Miramar (Juan XXIII 595) de Playa Ancha, para finalizar desde las 16 horas en la unidad vecinal n° 66 (Pedro de Oña paradero 5) del cerro Mariposa.
Myriam Espinoza, académica de la Escuela de Teatro UV, encargada del proyecto y coordinadora de Vínculo Territorial, comenta que “Escalera Arriba es un vínculo político, no desde la política rancia, tradicional, sino desde el hacer juntos, desde el trabajo colectivo, afectivo, para obtener logros sociales, para conseguir los cambios que tanto queremos. Mi vínculo es desde ahí, trabajando en el barrio”.
El montaje es dirigido por Mauricio Daille e interpretado por dos estudiantes de la Escuela de Teatro UV – Taypi Mollo, Lucía Mundaca- y dos titulados -Francisca Pérez y Mauricio Villacura-. Además, cuenta con el trabajo de Natalia Ábrigo, diseñadora.
Mauricio Daille, director y titulado de la Escuela, señala que “este proyecto es una oportunidad atractiva de acercarnos a diferentes públicos, personas y espacios comunitarios. Que ese público pueda encontrar en el teatro un deseo de seguir viendo, apreciando en comunidad el gozo por el arte”.
Respecto al texto de la obra, añade que “trabajar con Alejandro Sieveking y su dramaturgia es un gran honor. Creemos que habla directamente del ser chileno, de nuestra idiosincrasia, y es necesario que las comunidades conozcan a estos autores nacionales tan importantes para la dramaturgia y el teatro”.
Francisca Pérez, actriz del elenco, comenta que “es enriquecedor ir a los cerros y presentar en espacios que no sean salas de teatro. El desafío es tomar esta obra, que tiene sus años, y adaptarla al presente sin que pierda su esencia”.
En tanto, Taypi Mollo, intérprete y estudiante de Teatro UV, señala que “esta es una obra familiar y dinámica, tiene varios aspectos que se relacionan con creencias populares de este territorio, leyendas y saberes antiguos que se muestran de manera cómica. Más de alguna vecina o vecino podrá recordar o conectar con esas cosas aprendidas, que son parte de nuestra cultura popular”.
La diseñadora y maquillista Natalia Ábrigo realiza por primera vez el diseño teatral de una obra. Asistió a los ensayos, comparando referencias, buscando diferenciarse, guiada por la psicología del color y su experiencia en el diseño visual del cine, para generar un diseño integral, transversal al vestuario, la escenografía y el maquillaje.
Respecto al proceso de diseño, cuenta que se basó “en una frase que aparece en la obra: plantar damascos grandes y melones chicos. El damasco me llevó a colores diversos, anaranjados contrapuestos con azul, verdes agua, harta textura, estampados en la ropa, en visillos translúcidos, para dar a la escenografía un aspecto de volatilidad y ligereza, consiguiendo así una casa fantasmagórica muy llamativa.”
La actriz Lucía Mundaca se refiere a este encuentro como “una posibilidad de mirarnos las caras. Conociendo Valparaíso me di cuenta que los cerros son enormes, van más allá de donde llega la micro. Es importante que las cosas ocurran en los cerros, con su difícil acceso, las escaleras largas, casas en la punta del cerro, vivenciar esta experiencia con el viento y las emociones que implica”.
En tanto, Mauricio Villacura, actor, invita a las comunidades a asistir: “Vamos a montar este clásico de teatro chileno para presentarlo en los cerros de la manera más callejera, dinámica y entretenida posible. Que el texto sea el pie para desarrollar la técnica escénica, que permita que la gente se sienta a gusto, cómoda, viendo teatro en sus propios barrios, de local”.
Fuente: Universidad de Valparaíso