Los alimentos ultraprocesados influyen en la calidad de la microbiota intestinal lo que repercute directamente en la salud mental de las personas, indicó el académico de la Universidad de Talca, Alonso Hernández Melo.
Somos lo que comemos, versa el refrán, y todo indica que hay una gran verdad detrás de este dicho, ya que ciertos tipos de alimentos tienen un impacto directo en la salud mental de quien los consume. Así lo explicó el académico de la Escuela de Nutrición y Dietética de la UTalca, Alonso Hernández Melo, quien señaló que, “existe evidencia que los niveles alterados de azúcar en sangre están determinados en gran parte por la calidad de la alimentación y desarrollarían estrés a nivel cerebral, el cual se manifiesta a través de síntomas depresivos y perturbaciones en el estado de ánimo”.
“De hecho, existe una relación importante entre el riesgo de desarrollar depresión en pacientes que padecen de Diabetes Mellitus tipo 2, y en particular en aquellos pacientes no compensados producto del efecto insulinoresistente, el cual sería responsable de interferir en mecanismos dopaminérgicos que se relacionan con la sensación de placer, gratificación y motivación”, profundizó.
En ese sentido, el nutricionista utalino, detalló que “la buena o mala calidad de la microbiota intestinal puede afectar a la salud mental de las personas, ya que estas bacterias tienen la capacidad de producir o estimular la producción de neurotransmisores, entre ellos la serotonina, que juega un rol clave en el correcto funcionamiento del sistema nervioso central”.
Alimentos y calidad de vida: el aporte nutricional importa
Está ampliamente investigado que el consumo de grasas saturadas y azúcares simples presentes en los alimentos ultraprocesados, así como alcohol, deben evitarse si se quiere avanzar hacia una mejor calidad de salud mental y física.
Al respecto, el especialista indicó que desde su área profesional “siempre se está fomentando el consumo de alimentos que posean un perfil nutricional de calidad y con una alta presencia de nutrientes que se encuentran principalmente en frutas, verduras, frutos secos, legumbres, semillas”.
Por el contrario, “el bajo consumo de dichos alimentos y la preferencia por aquellos de carácter ultraprocesado, se relaciona con un mayor deterioro de las acciones metabólicas responsables del correcto funcionamiento del organismo y de la mantención de una óptima salud”, destacó.
Para finalizar, el académico subrayó que la alimentación a base de ultraprocesados impacta de forma negativa la calidad de vida y esto se puede “evidenciar a través de una amplia gama de manifestaciones sintomatológicas como dolor de cabeza y alteración del patrón de sueño, incluso el desarrollo de diabetes Mellitus, hipertensión arterial o, en casos más complicados, el desencadenamiento de algún tipo de cáncer”.
Fuente: U. Talca.