- Además, piensan que educar en sexualidad no priva a niñas y niños de su inocencia ni adelantaría el inicio de su actividad sexual. La gran mayoría de las personas encuestadas creen que la educación sexual no está en contra de sus creencias personales, religiosas ni culturales y que esta debe integrar contenidos amplios y que no se reduzcan exclusivamente a la anticoncepción y/o a la prevención de las infecciones de transmisión sexual.
Corporación Miles y Fundación Chile Positivo realizaron la investigación “Educar en Sexualidad: Percepciones y conocimientos de madres, padres y cuidadores en Chile”, pesquisando interesantes hallazgos que se vuelven especialmente relevantes dado el contexto de cambios político-sociales que experimentamos en nuestro país, donde la Convención Constitucional acaba de aprobar en pleno el proyecto que incorpora la educación sexual integral en la nueva constitución.
En este sentido, el tema de la Educación Sexual Integral sigue siendo uno de los más controversiales en Chile. Para muchas personas sigue siendo un tabú y, más aún, si se trata de entregar información a personas en etapa escolar. Sin embargo, para los investigadores, cada vez existe más conciencia en nuestra sociedad sobre la importancia que conlleva educar sexo afectivamente a niñas, niños y adolescentes. Así lo demuestra este estudio que obtuvo 879 respuestas válidas de madres, padres y otros cuidadores entre 18 y 81 años, que residen en Chile, y que fue realizado en septiembre de 2021.
La gran mayoría de las personas encuestadas dicen que, pese a sentirse “preparados” para conversar sobre estos temas con infancias y adolescencias, muchos expresan “no saber cómo hacerlo”. De hecho, sobre el 90% de madres, padres y cuidadores encuestados están “de acuerdo” o “muy de acuerdo” con:
● La necesidad de hablar sobre sexualidad con las/os niños desde pequeños.
● Educar en sexualidad no priva a niñas/os de su inocencia ni adelantaría el inicio de su actividad sexual.
● La educación sexual no está en contra de sus creencias personales (religiosas ni culturales).
● Que debe integrar contenidos amplios y que no se reduzcan exclusivamente a la anticoncepción y/o a la prevención de las ITS.
Para Stephanie Otth, Coordinadora del Área de Investigación en Corporación Miles, es muy importante educar en sexualidad a niñas y niños “porque permite responder nuestras preguntas sobre nuestro cuerpo, nuestros procesos vitales y sobre nuestras experiencias interpersonales libre de prejuicios y discriminaciones. Esto nos permite tomar decisiones de manera informada, pedir ayuda de manera oportuna y nos da herramientas para hacer valer nuestros derechos. Además, previene la violencia y promueve el desarrollo de comunidades respetuosas y responsables. Estas conversaciones son necesarias de tener a lo largo de todas las etapas de la vida desde que somos pequeños, pues en cada etapa del crecimiento niñas y niños tienen inquietudes y preguntas sobre su cuerpo y las relaciones interpersonales”.
Otro de los hallazgos obtenidos en el estudio realizado por Corporación Miles y Fundación Chile Positivo, señala que el 83% de los padres, madres y cuidadores se sienten preparados para educar en sexualidad a sus hijas e hijos, pero reconocen que la familia no es la principal fuente de información a la que acuden.
Según el estudio, la familia ocupa el 5° lugar como fuente de conocimientos e información sobre sexualidad, después de las Redes Sociales, las amistades y la pornografía. Por ello es tan relevante que Chile avance en “promover espacios, dentro y fuera de las escuelas, donde tener conversaciones sobre ‘nuestra dimensión sexual y afectiva’, en las que las y los estudiantes reciban información pertinente y libre de cualquier juicio y discriminaciones. Es importante darnos cuenta de que la educación en sexualidad incluye, pero no se limita, a la actividad sexual y reproductiva, y que debe darle espacio a reflexionar sobre la dimensión afectiva e identitaria (qué sentimos, cómo nos identificamos, qué deseamos en un/a otro/a), cómo nos relacionamos con nosotros mismos y con los demás”, explica Stephanie Otth.
De acuerdo con los encuestados, a pesar de los esfuerzos que hacen por “romper con su propia historia y hacer las cosas distintas”, conversar sobre sexualidad en familia continúa siendo algo infrecuente y poco cotidiano. Una de las mujeres que respondió la consulta, señaló que “como una no tuvo educación sexual, una también está redescubriendo y aprendiendo sobre la sexualidad y es ahí donde surge la duda de cómo hablarlo y plantearlo sin sesgos”.
Tomando la experiencia de los países bajos como referencia, en investigaciones realizadas luego de la implementación de las políticas de educación sexual, se observó que la juventud holandesa, comparativamente, mostraba un comportamiento sexual más reflexivo, consciente y maduro que sus pares de la región. Esto se evidenciaba, por ejemplo, en que iniciaban su vida sexual más tardíamente, utilizan métodos anticonceptivos de manera regular y manifiestan que disfrutan del sexo.
En Chile, según datos de la 9° Encuesta Nacional de Juventud del INJUV, 2 de cada 10 mujeres jóvenes (entre 15 y 24 años) reconocen haber tenido un embarazo no deseado, situación que, si bien ha ido en disminución en los últimos años, continúa afectando principalmente la vida de las mujeres. Por otro lado, la identidad de género y orientación sexoafectiva son la tercera y cuarta razón de discriminación hacia jóvenes. Todas estas dimensiones serían abordadas desde la mirada de la Educación Sexual Integral.
Fuente: Corporación Miles