Ante el informe del Banco Interamericano de Desarrollo, el experto en gestión urbana y académico del Departamento de Ingeniería Geográfica Usach, Gerardo Ureta, señaló el costo de lo que esto significa a largo plazo y apuntó a mejoras en políticas de planificación urbana e incentivos para desplazarse en modos más sustentables.
El Banco Interamericano de Desarrollo informó su análisis acerca del costo por los denominados “tacos” en la Región Metropolitana. El documento, que contempló las grandes ciudades de toda Latinoamérica, demostró que cada año Santiago pierde más de mil millones de dólares en congestiones vehiculares además de liderar el ranking BID de costos por auto.
Para el experto en gestión urbana y académico del Departamento de Ingeniería Geográfica de la U. de Santiago, Gerardo Ureta, el informe “nos pone en alarma de que en verdad el uso del automóvil es bastante más de lo que nosotros creemos”. Si bien el académico apuntó que no lo llamaría “desproporcionado”, sí insistió en que se podría utilizar otros medios de transporte como el metro o el transporte público.
“Hay algo cultural en nuestro país que, o nos estamos poniendo bastante más cómodos porque somos un país relativamente rico en la región y el acceso que nosotros tenemos a distintos bienes, como por ejemplo el auto, es medianamente asequible a cualquier persona. Las personas no evalúan el costo que eso significa a largo plazo, tampoco evalúan el costo social que eso tiene, y simplemente nos estamos dedicando a evaluar el costo personal que es viajar de mejor manera, de forma más cómoda en el transporte privado”, indicó.
Señalando que la situación vendría con problemas “que generan distintas externalidades que no son consideradas por este estudio”, Ureta apuntó elementos como el daño medioambiental, de la salud y el costo de lo que significa para el Estado el asignar recursos para su solución y que se hace necesario cambiar.
“Tenemos que considerar que, en el caso de Santiago, la Región Metropolitana, más del 60% de los empleos están localizados en el eje Alameda-Providencia- Las Condes-Apoquindo, entonces, naturalmente por la misma proporción de viaje se genera hacia esos puntos. Estamos todos viajando a la ciudad, cuando nosotros queremos trabajar en algo estamos trabajando y nos estamos desplazando hacia esos puntos”, explicó el también experto en movilidad y desarrollo territorial.
Apuntando desde a mejorar en la diversificación de la oferta laboral, por ejemplo, respecto de la localización de donde se ubica el mercado laboral en donde “pueda estar en distintos puntos de Santiago” a la configuración de la ciudad, el académico de la U. de Santiago también señaló que se hace necesario un trabajo colaborativo donde no todo el rol lo tenga el Estado o el Gobierno en general, sino que “estos incentivos y estas propuestas, sino que también tiene que ver una contribución bastante fuerte desde las empresas, el empleador o empresario, y además de los ciudadanos”.
“Esta ciudad se ha ido construyendo muy de a poco, muy por parte, muy sectorial y no multisectorial, no con una visión holística, con una visión muy parcelada. Estamos creciendo de una manera muy desordenada, no estamos planificando la ciudad y estamos tratando de arreglarla en la medida de lo posible”, indicó el experto.
Fuente: Usach.