El doctor en estudios americanos y académico de la Usach, Pablo Lacoste, calificó la controversia como una nueva “guerra de mapas” en el extremo sur. “Al parecer, los gobiernos de ambos países no han podido resistir la tentación del populismo geopolítico”, afirmó.
A partir de una medida anunciada el 23 de agosto por el Presidente Sebastián Piñera, el canciller argentino, Felipe Solá, manifestó su descontento ante la ampliación de la plataforma continental de más de 30 mil kilómetros cuadrados de los que, según la autoridad trasandina, 5.500 de ellos pertenecerían
a Argentina y el resto serían patrimonio universal.
Para el historiador y académico del Instituto de Estudios Avanzados (IDEA) de la Universidad de Santiago, Pablo Lacoste, “estas tensiones representan el resultado obvio de los manejos torpes por parte de las autoridades de ambos países, y la única forma de recuperar la calma y la concordia es a través de una explicación precisa del problema”, sostuvo.
El doctor en estudios americanos explicó que el mapa del gobierno del Presidente Alberto Fernández plantea una visión completamente nueva de Argentina, con su centro en Tierra del Fuego y presentando como territorios de su absoluta soberanía el sector antártico. A su juicio, esto se superpone con los espacios reclamados por Chile y otros países.
“Esta carta representa una actitud de Populismo Geopolítico, al entregar a la población nacional una visión grandilocuente y confusa de la soberanía, colocando en el mismo nivel los territorios donde Argentina tiene derechos inobjetables, con espacios sujetos a las negociaciones internacionales del Tratado Antártico”, criticó el experto.
El también doctor en historia explicó que la respuesta al mapa argentino de 2020 es el decreto chileno de este año, e indicó que la nueva delimitación territorial extiende la Zona Económica Exclusiva chilena hacia el este e interpreta que tiene derecho a proyectarse hacia el Atlántico Sur. Sin embargo, esto estaría reñido al Tratado de 1984, advirtió.
“Es triste que los gobiernos del Cono Sur de América hayan reactivado la antigua guerra de mapas entre ambos países, lo cual implica reabrir viejas tensiones y rivalidades. Los debates en las redes y foros de opinión de los medios de comunicación reflejan el incremento de la temperatura nacionalista, como en tiempos tristes de la década de 1970. Al parecer los gobiernos de ambos países no han podido resistir la tentación del populismo geopolítico”, concluyó Lacoste.
Fuente: Usach.