El Doctor en Ciencias Políticas y director de la Escuela de Periodismo de la U. de Santiago, Dr. René Jara, indicó que, si eventualmente se aprueba la medida en el corto plazo, esta podría “modificar un poco la elección y forzar a muchos electores que no tenían necesariamente una propuesta o una voluntad deliberada de ir a votar”.
Esta semana se discutió el proyecto de ley que busca restaurar el voto en las elecciones populares. Si bien la votación no pudo concretarse y tuvo que suspenderse la sesión para ponerlo en tabla con una nueva fecha a definir, la iniciativa dividió a los parlamentarios y se solicitó más tiempo para analizar la situación.
A visión del experto en Ciencias Políticas y director de la Escuela de Periodismo Usach, Dr. René Jara, el voto obligatorio es un tema que ha sido bien discutido y durante mucho tiempo a propósito del desenlace que han tenido las últimas reformas donde se instauró la inscripción automática y el voto voluntario. Apuntando que probablemente hay pocos estímulos para un acuerdo completo, no descartó que haya un acuerdo “porque el escenario parlamentario hoy día es bien móvil”.
“No veo tan claro, en el fondo, si va a haber un acuerdo total para legislar sobre el voto obligatorio en el corto plazo. Es decir, en las elecciones de noviembre, si se llegase a aprobar, por supuesto que sí va a modificar un poco la elección porque va a forzar a muchos electores que no tenían necesariamente una propuesta o una voluntad deliberada de ir a votar. Y en ese sentido, claro, una oferta política que tiene nueve candidatos, evidentemente que podría haber una mayor movilización”, indicó.
Cálculos políticos
Apuntando a que el problema de la reforma electoral es que se trata de una decisión que toman los parlamentarios que definen las propias reglas que los eligen, “por lo tanto es una cuestión que les compete muy directamente”, el experto en comunicación política señaló que “toda la reforma que se haga va a ser un poco pensado en eso, en los posibles cálculos que vaya a tener”
“De alguna manera la clase política, en donde se puede entender a todo el grupo de parlamentarios, también pueden tener un cálculo para que participe una mayor cantidad de gente y que eso pueda beneficiar eventualmente a un grupo político. En general se cree que puede ser la izquierda, pero tampoco eso está absolutamente probado. Podría ser una misma movilización de los grupos de derecha que han participado poco en las últimas elecciones. Por lo tanto, como no está claro, probablemente no creo que se vea como un cálculo muy evidente de quien podría ganar con esta reforma”, sostuvo Jara.
Señalando que, si hay una probabilidad de que se vote y se apruebe el voto obligatorio, el director de la Escuela de Periodismo de la U. de Santiago, indicó que “lo curioso de esto es que los ánimos electorales son donde se aprueban todas las elecciones”, pero que también, las personas que piensan que pueden perder con esta iniciativa, intentarían por todas las fuerzas de no innovar.
“Fue el caso de la derecha, por ejemplo, que no quiso que se cambiara por mucho tiempo el voto porque vieron que si había un voto obligatorio se iba a movilizar más gente. Esa es la hipótesis uno, pero la hipótesis dos es que hoy día hay una gran mayoría de sectores de grupos de izquierda, desde el Frente Amplio, pero también de la centroizquierda que quiere suplantar una forma de voto obligatorio, pero el problema principal que tienen ellos es que, si bien ellos pueden sacar un rédito de esta reforma, puede ser que sea mal mirado para sus electores que se les infunda nuevamente una obligación”, apuntó.
Finalmente, el Doctor en Ciencias Políticas también apuntó que lo que también ha estado presente en las discusiones es que haya una obligación, pero que no sea tan fuerte la idea de penalidad, sin embargo, enfatizó en que cualquier sistema de voto obligatorio necesita de una penalidad para evitar de que haya abstención, “sino, no es un buen sistema de voto obligatorio”.
“Ahí yo creo que es donde se va a dar la discusión, y en ese detalle se puede jugar, en el fondo, la pronta o más bien tardía aprobación del voto obligatorio”, concluyó.
Fuente: Usach.