El parlamentario propuso a la Comisión Asesora ministerial que se grave con un 20% a aquellos alimentos que tengan más de 10 gramos de azúcar por cada 100 gramos de producto y que se vaya incrementado proporcionalmente de acuerdo al incremento de la azúcar. También propuso subsidio para alimentos saludables.
El senador Guido Girardi, miembro de la Comisión de Salud del Senado y autor de la ley de etiquetado nutricional se reunió este jueves con la Comisión Asesora ministerial que analiza propuestas para gravar con impuestos a alimentos sólidos con alto contenido en azúcar.
Al término del encuentro Girardi explicó que “mi propuesta es que comience con un impuesto de un 20% a aquellos alimentos que sobrepasen lo que está establecido en el reglamento, que es sobre 10 gramos de azúcar por 100 gr de productos y que el impuesto vaya aumentando a medida que aumenta la cantidad de azúcar en el producto. Por ejemplo, alimentos que tiene 56% de azúcar por cada 100 gr de productos debiera tener un impuesto altísimo”.
Al mismo tiempo, Girardi planteó que “los alimentos saludables, como frutas y verduras, debieran tener un subsidio y ser más baratos para ayudar a los sectores de menores recursos que van a dejar de ingerir comida basura y puedan tener un mayor acceso a la comida saludable”.
Según el legislador “Finlandia lo hizo así, es gran productor de leche y gravó la leche entera y subsidió a todos los productos saludables. Finlandia es uno de los pocos países del mundo que disminuyó el avance de los infartos, hipertensión y cánceres”.
El parlamentario explicó que fue invitado a la comisión asesora ministerial como “autor de la ley de etiquetado nutricional o de comida chatarra que va a obligar a tener en su rotulado un disco Pare que alertará a las personas sobre el contenido de sal, grasas y azúcar y que prohíbe publicidad en la televisión, su venta en los colegios y el uso de atractores (monitos, stickers, adhesivos) como gancho de venta”.
Para el senador se trata de “una ley muy importante y falta sólo el reglamento, pero también debe ir acompañada de impuestos porque tenemos que hacer una política global. Chile es uno de los países del mundo con mayor prevalencia en obesidad infantil”.
Por ello asegura que “la manera de prevenir es por medio del ejercicio y regular las cantidades de azúcar, sal y grasas que contengan los alimentos. En el hospital no se puede evitar el infarto o el cáncer, hay que actuar antes. Y nuestros niños, hoy día, debido a una publicidad engañosa están comiendo cantidades inmensas de azúcar, sal y grasas”.
Agregó que “muchos cereales llenos de juegos y monitos que se dicen ‘integrales’, tienen hasta un 60% de azúcar. Eso es una bomba para los niños pues produce un shock metabólico, liberación de triglicéridos, de aumento de colesterol. El 10% de los niños que son obesos a los seis años ya son hipertensos, un tercio tiene el colesterol alto, y la mitad son prediabéticos. Eso es un crimen”.
Para el parlamentario “la manera de regular -además de la ley de etiquetado y obligar a hacer actividad física- es tener un impuesto al azúcar, que es el veneno del Siglo 21, pues en altas cantidades es tan nociva como el tabaco. Por eso en el mundo entero se está regulando el azúcar impidiendo su publicidad y aplicándole impuestos para proteger a los niños”.
¿Por qué no se ha echado andar la ley del etiquetado?
“Nosotros hicimos la ley y hubo un inmenso lobby. La Sofofa llegó a decir que si se aprobaba esta ley, que permite el derecho a saber que se consume, no le darían más dinero a la Teletón ni a las actividades deportivas. Esa ley ya está aprobada y se hizo un reglamento con los expertos y científicos más importantes de este país. El reglamento está terminado y lo tiene la Presidenta en su oficina y yo la llamo a que, por favor, piense en los niños de Chile, en la salud de nuestra población, y firme lo que el país está esperando”.
¿Qué retarda la ley?
“Pienso que las amenazas y chantajes de las empresas, que anuncian un cataclismo económico si se antepone el derecho a la salud y a la vida en este país y se regula la actividad de quienes están haciendo trampa a los niños vendiéndoles basura disfrazada de saludable”.
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