La institución puso a disposición de otras fundaciones y de la opinión pública su protocolo de acción frente a la pandemia de coronavirus en residencias de adultos mayores, hospederías, programas para personas en calle. Es un documento para el momento actual que se irá adaptando a un escenario que probablemente empeore y requiere de nuestra responsabilidad y solidaridad.
El mismo día en que el gobierno decretó estado de catástrofe nacional a causa del coronavirus, la Dirección Nacional Social del Hogar de Cristo emitió un práctico documento con recomendaciones de atención para los 304 programas sociales que tiene operativos en el país y que el año 2019 prestaron atención a un total de 32.903 personas de extrema vulnerabilidad y pobreza. Dentro de ellas, varias representan grupos de alto riesgo, en particular los adultos mayores, los hombres y mujeres con discapacidad mental y las personas en situación de calle.
“Es un documento interno que ponemos a disposición de todos los que puedan necesitar directrices para actuar en esta emergencia con grupos vulnerables y que está siendo revisado y actualizado a diario, dada la evolución de la epidemia en el país”, afirma Paulo Egenau, director social nacional del Hogar de Cristo.
Para los adultos mayores que atiende la fundación y que suman 3.350 en todo Chile, Hogar de Cristo brinda servicios residenciales, domiciliarios y ambulatorios. En cada uno de ellos se establecieron protocolos para la prevención del contagio y la actuación en el caso de que se produzca la enfermedad. Para las residencias, que acogen a 716 adultos mayores distribuidos en 13 establecimientos a lo largo de Chile, las medidas preventivas consideran un estricto control de ingreso, que consiste en la toma de temperatura a todos los que entren a la residencia. Se suspenden las actividades que impliquen contacto con grupos de personas, por ejemplo, talleres y salidas a terreno. Se priorizan los contactos telefónicos u por otros medios tecnológicos con familiares por sobre las visitas. Los programas de atención domiciliaria, conocidos como PADAM, representan el 70% de las atenciones y ayudan a 2.335 adultos mayores. Y aunque ahí lo que más valoran los usuarios es la compañía y las visitas, en este trance, la instrucción es aumentar los contactos diarios para conocer el estado de la persona, pero restringir totalmente las visitas, salvo en casos de emergencia. Los dispositivos ambulatorios también restringen al máximo las actividades grupales y la asistencia es remota.
¿Cómo actuar frente a la situación de contagio de usuarios en Residencias de Adulto Mayor, Centros Acogida Residencial, Residencias Protegidas, Hogares Protegidos, Hogares de Tránsito a la Vida independiente, Casas de Acogida, Hospederías, Residencias Infanto Adolescente y Programas Terapéuticos Residenciales?
Para todos estos dispositivos las recomendaciones pasan por el contacto directo y permanente con los Centros de Atención Primaria en Salud correspondientes al territorio, a los cuales se debe avisar telefónicamente ante cualquier síntoma de sospecha de COVID-19. El Equipo del Centro de Atención Primaria indicará el procedimiento a seguir. En caso de tener que trasladar al usuario que presente sospecha diagnóstica, se debe resguardar que el traslado sea con el menor contacto posible con el resto de la comunidad.
Cuando se confirme un caso de contagio, se desplegarán los protocolos dispuestos por MINSAL para la cuarentena del equipo de trabajo y los demás usuarios. De ser necesario, se establecerá coordinación para apoyo con voluntariado, como Cruz Roja u otros.
PERSONAS EN CALLE: EN MÁS RIESGO QUE NUNCA
De las más de 15 mil personas en situación de calle que atendió en 2019 el Hogar de Cristo un 62% corresponde a programas residenciales. En estos dispositivos, algunas de las medidas que dicta el protocolo recién entregado indican: se suspenden las actividades grupales, como talleres y asambleas. Se aprovechan los espacios de alimentación para entregar información relacionada con las medidas de prevención. Se facilita que los adultos mayores y las personas con mayor fragilidad se mantengan en los centros residenciales y se prohíbe el ingreso de personas ajenas al programa. Se crea un espacio de aislamiento para quienes pudieran tener algún síntoma relacionado con el COVID-19, hasta que sean atendidos por personal de salud. Se extreman las medidas de aseo en todas las dependencias de hospederías.
El documento recalca la importancia de que “los programas residenciales tengan coordinación con el trabajo de las Rutas Calle. El trabajo de Rutas debe mantenerse de manera de prestar asistencia en terreno y contribuir a que los Programas Residenciales no se saturen”.
¿Qué hacer en caso de que se presente un caso positivo de contagio de corona virus en las residencias? La instrucción es informar inmediatamente a la contraparte técnica de la Seremi de Desarrollo Social y Familia. En paralelo, se debe aislar a la persona en el espacio preparado para este fin. Y coordinarse con el centro de salud más próximo a la hospedería.
De contar con dispositivos residenciales adicionales, porque eventual adelanto del Plan de Invierno, se pide evaluar la rebaja de capacidad, privilegiando la atención permanente a personas mayores y con alguna condición crónica respiratoria u otro factor médico de riesgo.
Para las Rutas de Calle se propone generar rutas permanentes día y noche en este tiempo de emergencia para la provisión de información, alimentación y abrigo para las personas que están ahora en calle y que quizás vayan a aumentar. Se debe evitar que se desplacen por la ciudad aumentando las posibilidades de contagio. La asistencia en Rutas Calle se debe realizar sin contacto físico, guardando la distancia recomendada de dos metros. También se propone ampliar las rutas, incentivando que las personas se mantengan protegidas y abastecidas, evitando su concurrencia a hospedajes masivos.
Fuente: Hogar de Cristo