La agrupación que se hizo conocida por mostrar imágenes reales de un aborto, a través de gigantografías puestas en un camión, que recorrió varias ciudades del país, asegura que tienen mucho que decir en este tema y que dichas imágenes, no deben quedar fuera del debate.
El presidente de la Comisión de Salud llamó a un debate improvisado, con la mayoría de los expositores provenientes del mundo pro aborto y a organismos que están en contra de aprobar esta ley en Chile.
Sin embargo, la representatividad no fue completa y así reclaman los integrantes de la organización InformAborto, que se hizo conocida por mostrar imágenes reales de un aborto, a través de un camión con gigantografías, que transitó por varias ciudades.
Ellos no fueron invitados al debate y aseguran que, si en estas instancias se mostrarán las imágenes que los hicieron conocidas, no habría mucho más de qué hablar, y quedaría claro la brutalidad de este acto.
“Nuevamente, la transparencia, la objetividad y la imparcialidad son imposibles de asegurar. No puede ser que el presidente de la Comisión de Salud sea el principal impulsor del aborto en Chile. Aquello a lo que la presidenta Bachelet llamó “debate” es, en realidad, una mofa para la sociedad completa y una imposición. Cosa que queda clara luego de la exposición pública de las minutas del Ministerio de Salud”, aseguran los voceros del organismo.
Según explican, debatir sobre el aborto es como debatir sobre la necesidad de implementar en Chile la tortura legal, para que sea más eficiente e higiénica; o como debatir sobre la esclavitud y la trata de seres humanos, para que sea con control médico.
Rosana Landaluce, vocera de Informaborto, concuerda con los dichos de Jorge Jiménez, ex Ministro de Salud del presidente Aylwin y asegura que “debatir sobre el aborto es, en realidad, debatir sobre la legalización de la tortura, muerte y desaparición de un ser humano vivo en el vientre de su madre. En Chile, gracias a la visión que la izquierda ha tenido del ser humano, aprendimos que la tortura y la desaparición son crímenes contra los derechos humanos y genocidio. ¿Cómo es posible que ahora, esa misma gente, quiera imponer el aborto de esta manera escandalosa? Acá no hay un debate, hay una imposición ideológica de muerte y destrucción disfrazada de derechos sexuales y reproductivos de la mujer. Que las mujeres de Chile no se dejen engañar. Antes que un aborto, mejor sería que el Estado les ofreciera medios para tener a sus hijos. Y que los hombres de Chile tampoco se dejen engañar: ellos también son responsables de los hijos que procrean. No dejen que el Estado los despoje de sus derechos de padres”.
En estas discusiones, señala, tampoco se ha preguntado nadie si se podrá LUCRAR con las clínicas abortivas y si es que los políticos podrán ser dueños de estas clínicas. “Acá hay muchas cosas sin aclarar—dice Landaluce—. Nadie sabe de dónde saldrán los fondos ni cuántos fondos se necesitarán para hacer andar esta maquinaria abortista. ¿No sería mejor dedicar esos fondos enormes para la mejora de la situación de las mujeres con embarazos vulnerables?”.
Fuente y contacto: maryespinozaavila@gmail.com