Análisis del experto en contaminación ambiental de la Universidad de Santiago, Patricio Pérez, compara cifras de la primera quincena de este mes con datos del mismo periodo del año pasado. A la fecha, se han constatado tres alertas, pero la autoridad sólo ha decretado una.
El especialista critica las iniciativas adoptadas este año para combatir la contaminación. “No ha habido cambios sustanciales ni mayor innovación en las medidas que ha implementado la autoridad”, afirma en relación a las instauradas en 2015.
Este mes de agosto culminan una serie de medidas contempladas en el Plan de Prevención y Descontaminación Atmosférica. Sin embargo, los datos parecen no indicar una mejoría en la calidad del aire en Santiago.
Así lo establece un informe realizado por el académico de la Universidad de Santiago, Patricio Pérez, que tomó datos arroja que las concentraciones de material particulado fino (MP 2,5) han aumentado un 50% en promedio durante la primera quincena de agosto respecto al mismo periodo del año pasado en la capital.
Tomando datos de la Red de Monitoreo Automático de Calidad del Aire de la Región Metropolitana (Red MACAM), el estudio sostiene que la primera quincena de agosto de 2015, las concentraciones de MP2,5 fueron en promedio de 31 microgramos por metro cúbico, lo que contrasta con los 48 microgramos por metro cúbico del periodo actual. Por lo tanto, se registra una variación de un 50% con respecto a la cifra del año pasado.
El informe señala, además, que a la fecha se han constatado tres alertas, pero la autoridad sólo ha decretado una.
“Dentro de este periodo de 2016, no ha habido ningún día de calidad del aire buena. Solamente, días de aire regular y malo”, asegura el experto en modelos de pronóstico de contaminación atmosférica y contaminación ambiental del Departamento de Física del plantel estatal.
De acuerdo al especialista, “esta situación se puede atribuir a que las condiciones meteorológicas de ventilación de lo que va de agosto, si bien no han dado lugar a episodios intensos de contaminación, han sido en general desfavorables, y mucho más desfavorables que el mismo período de 2015, cuando se constataron algunas lluvias”.
Poca efectividad de medidas para enfrentar la contaminación
De acuerdo al doctor en física, al hacer la evaluación del periodo de gestión de episodios críticos, que comprende desde el mes de mayo al mes de agosto, los niveles serán “bastante parecidos a los del año pasado”.
“Esta observación nos debe llevar a ser más cautos para relacionar la calidad del aire con las medidas que adopta la autoridad, considerando que las medidas de descontaminación que se han adoptado en 2016 no difieren significativamente de las del 2015: restricción a catalíticos cuando hay preemergencia, prohibición del uso de la leña cuando hay alerta o preemergencia, etcétera. No ha habido cambios sustanciales ni mayor innovación en las medidas que ha implementado la autoridad”, critica Pérez.
El académico agrega que “la mejoría de la calidad del aire de julio de 2016, comparada con la del mismo período de 2015, también debería atribuirse principalmente a las mejores condiciones de ventilación y no a eventuales aciertos de la gestión de las autoridades”.
“Esperamos que al entrar en vigencia el plan de descontaminación de MP2,5 en 2017, sí podamos constatar una mejoría más significativa en la calidad del aire basada en las nuevas medidas, para no depender tanto de los vaivenes de la meteorología”, concluye.
Fuente: Prensa Usach.