- El análisis de LLYC “Liderar con Audacia” ofrece una guía para los tomadores de decisión para gestionar los riesgos dentro de las organizaciones.
Santiago, 18 de marzo de 2025- Se ha convertido en un tópico afirmar que el cambio es la única constante, pero es cierto. Hay un nuevo presidente en Estados Unidos y se está produciendo un profundo cambio en las políticas comerciales. En algunos países, las empresas ya tienen tantos colaboradores de la Generación Z como baby-boomers.
Ante este escenario, LLYC elaboró el informe “Liderar con Audacia”, donde se plantea un mapa de las 9 realidades que deberían tener en cuenta durante 2025 todos los líderes dentro de las organizaciones, desde el CEO de una empresa hasta los responsables de áreas, como finanzas, marketing o talento. Todos aquellos que, en definitiva, tienen como tarea gestionar el riesgo de las organizaciones. Estas son las siguientes:
1.- Prepárate para el permacambio. Esta vez, puede ser más radical. Acabamos de vivir un “superciclo electoral”. En 2024, votaron 1.600 millones de personas en diversas elecciones políticas. Pero el cambio político no es el único. Es parte de un proceso tecnológico, cultural y económico más amplio que lo abarca prácticamente todo. Eso generará una gran inestabilidad, pero también, posiblemente, algunas oportunidades. Siempre se habla de cambio. Pero es probable que esta vez sea más radical. “¿Qué tanta apertura tenemos a colaborar con startups que puedan aportar nuevas tecnologías o soluciones inexploradas?” se pregunta María Esteve, Socia y Directora General de Estrategia de Corporate Affairs en LLYC.
2.- Llevamos tiempo hablando de la IA. Pronto conoceremos la magnitud de su impacto. Estamos entrando en un tiempo clave para saber qué podemos esperar del avance de la IA. A esto se suma la cada vez mayor competencia entre empresas y modelos de IA, como lo dejó al descubierto la apuesta de la china DeepSeek por las fuentes abiertas y los costes bajos. La IA tiene un enorme impacto en las empresas y seguramente se beneficiarán de él los early adopters. Parece ineludible sumarse a esa enorme apuesta. “La IA no es una moda; es la base de la próxima revolución industrial, aquellas empresas que la adopten en su modelo serán las que lideren la próxima década”, afirma Miguel Lucas, Director Global de Innovación en LLYC.
3. Se está produciendo un backlash contra valores dignos de defenderse. Ante el nuevo clima político, muchas empresas están abandonando los marcos DEI (diversidad, equidad e inclusión) y ESG (medio ambiente, sostenibilidad y gobernanza), lo que se está viendo con mayor claridad en EE.UU. Esto, probablemente, choque con la visión europea, porque estos marcos tienen un sentido estratégico. Mientras los clientes, colaboradores, proveedores, accionistas y sociedad en general sigan siendo plurales, defender la diversidad es un activo. Mientras los recursos sigan siendo escasos, ser sostenible es una estrategia ganadora. Para Luisa García, Socia y CEO Global de Corporate Affairs en LLYC: “Avanzar es posible, pero requiere de un análisis integral”.
4.- Si quieres que el éxito perdure, el peor enemigo es la inacción. En su bestseller “Piénsalo otra vez”, el psicólogo de las organizaciones Adam Grant afirma que preferimos la comodidad de la certidumbre a la inseguridad que nos produce cuestionarse. En el campo de la economía, esa conducta se llama path dependency . Si me ha ido bien haciendo esto, ¿por qué habría de cambiar de estrategia? Hoy, sin que nos demos cuenta, muchos podemos estar incurriendo en ese gran error que es la inacción.
5. La desinformación ya no es una molestia ocasional. Es el nuevo ecosistema. El Foro Económico Mundial consideraque la desinformación y las narrativas falsas son uno de los principales riesgos de 2025. Meta ha eliminado controles del contenido. Elon Musk ha cambiado el algoritmo de X. Tik Tok es un misterio. La fragmentación aumentará: cada uno estará en la red social en la que pueda consumir opiniones como la suya e ignorará las demás. En este contexto, los valores de las empresas son susceptibles de ser atacados o manipulados de manera interesada sin que una respuesta formal o la identificación de la verdad sean respuestas efectivas.
6. La regulación cambia cada vez más rápido. ¿Quién no querría influir en ella? Bruselas ha presentado su proyecto Brújula para la Competitividad que contiene algunos elementos regulatorios muy disruptivos para cualquier empresa que opere en la UE. En EE.UU., los cambios se suceden de manera drástica y rápida. En América Latina, cambian las reglas debido a acuerdos comerciales y gobiernos que pretenden transformar el statu quo. Sentarse a la mesa en la que se toman las decisiones regulatorias será cada vez más importante.
7. La gente tiene una relación cada vez más ambigua con la tecnología. Los directivos de grandes empresas tecnológicas, como Elon Musk y Mark Zuckerberg, o inversionistas de Silicon Valley, como Peter Thiel o Marc Andreessen, tienen cada vez más influencia en la política global. Esto ha generado un mayor escepticismo hacia el poder que se concentra en la tecnología. Alrededor del 90% de la población de los países ricos usa internet a diario,pero la confianza en internet no ha dejado de caer. Hoy nuestra relación con las redes sociales y el mundo digital es un poco más conflictiva que en el pasado y no deberíamos considerar a los ciudadanos como adictos digitales acríticos.
8. Un Z puede convertirse en tu jefe. Y un Silver es tu mejor cliente. En el mundo rico, hay 250 millones de personas nacidas entre 1997 y 2012. Son los miembros de la Generación Z. En Estados Unidos, ya hay más trabajadores de su generación que de la de los baby-boomers. La Generación Z está definiendo cada vez más el consumo y las condiciones de trabajo: quieren más sostenibilidad y diversidad. No piensan que la prioridad de la vida sea la carrera laboral y quieren más flexibilidad. Al mismo tiempo que esto sucede, la población envejece. Y los seniors se están convirtiendo en un sector en expansión.9. El mundo se fragmenta en bloques: bienvenidos a la bi-globalidad. Desde los años 90, hemos dado por sentado que el mundo estaría cada vez más globalizado y que el flujo de capitales y mercancías sería cada vez más fácil y barato. Hoy ese supuesto está en crisis. El proceso de interconexión se ha vuelto más lento y caótico. Y enfrentamos un nuevo riesgo: el de la fragmentación. De manera más concreta, la bipolaridad. Si esta tesis es correcta, EE.UU. y China liderarán dos bloques globales y el resto de los países tendrán que optar por ser miembro de uno o del otro. Cadenas logísticas, estrategias exportadoras e importadoras, inversiones en el extranjero y patrones de consumo se verán afectados por ello.
Fuente: LLYC.