Las proyecciones presentadas por el Banco Central a la Comisión de Hacienda del Senado en el segundo Informe de Política Monetaria del año (IPOM Junio) corrigieron en ¼ de punto el rango de la estimación de crecimiento del PIB para el año 2015, situándolo en 2,25%-3,25%, en lugar del 2,5%-3,5% contenido en informe de Marzo. Considerando las proyecciones específicas de crecimiento para el año en materia de consumo, inversión, demanda interna, además de exportaciones e importaciones, es posible deducir que el crecimiento proyectado por el Instituto Emisor es de 2,7% para el año, justo en mitad del nuevo rango de proyección.
Esta nueva estimación para 2015 recoge los efectos de los desastres naturales en el norte del país y sus efectos en la minería, los que significan 0,1 puntos de menor crecimiento para el año. Las últimas estimaciones de consenso de Latin America Consensus Forecast apuntan al mismo 2,7%, y las de Latin Focus Consensus Forecast están levemente por encima, en 2,9%. Las estimaciones de la CCS se sitúan en 2,7%.
Los aspectos que mayormente resaltan de este nuevo escenario de proyecciones es el recorte del crecimiento de la inversión para 2015, desde 1,2% a 0,7%, lo que estaría avalado por la debilidad que mantienen las importaciones de maquinarias y equipos, y las débiles expectativas empresariales y los antecedentes recogidos en el Informe de Percepción de Negocios de Mayo. En el se da cuenta que gran parte de las empresas prevé solo realizar inversiones de reposición en el resto del año, al igual que hicieron en 2014.
El informe resalta la situación de debilidad en los fundamentos del consumo, en términos de mayores deterioros en las expectativas de los consumidores, mayor reticencia al endeudamiento, pese a las bajas tasas de interés y débil crecimiento del empleo, por debajo de lo que fue 2014. No obstante, las proyecciones elevan de 2,5% a 2,7% el consumo total para 2015 (CCS: 2,8%), lo que puede ser atribuido a un mayor gasto del Gobierno.
El análisis del Instituto Emisor señala que el debilitamiento de la actividad ha permitido mejorar la situación del sector externo, estableciendo bases para una sana recuperación sin desequilibrios macroeconómicos. Las importaciones caerían por tercer año consecutivo en 2015, debido a la debilidad del consumo e inversión, permitiendo generar un superávit comercial de US$ 7.700 millones (CCS: US$ 8.233 millones). El déficit en cuenta corriente se proyecta en -0,4% del PIB, alejándose sustancialmente del -3,7% observado en 2013, pese al descenso del precio del cobre.
El crecimiento de las exportaciones también fue recortado en forma significativa, de 3,4% a 1,3% (CCS: 2,7%), lo cual obedecería no solo a un deterioro en los embarques mineros, sino también industriales y agropecuarias, pese al alza del tipo de cambio. Este debilitamiento del frente exportador no parece ser atribuible a un debilitamiento importante de los socios comerciales, ya que el IPOM estima en esta oportunidad un crecimiento marginalmente inferior, de 3,3% en lugar de 3,4% en marzo.
Respecto del escenario inflacionario, se indica que la inflación subyacente continua afectada por la depreciación del peso y la indexación que caracteriza a la economía chilena. El escenario base contempla que la inflación se mantendría por un tiempo más en torno a 4%, pero que su convergencia más rápida hacia el rango meta y la debilidad que presenta la economía, podrían retrasar respecto de lo previsto en marzo último el retiro del impulso monetario.
Los principales riesgos que se perciben del escenario internacional se ven algo mitigados. Persiste la incertidumbre respecto del alza de tasas en EEUU, emergen nuevamente los riesgos financieros en Grecia, pero frente a una Eurozona que ha fortalecido sus condiciones económicas. En las economías emergentes se ha reducido el riesgo del deterioro en el precio de los commodities, pero la debilidad de América Latina ha resultado ser más persistente que lo esperado.
En el ámbito interno se apunta a la confianza como factor crítico en alcanzar el crecimiento previsto para el año. De no ocurrir, no habría espacio para un mayor dinamismo proyectado en el escenario base. Los riesgos inflacionarios se han acotado, por la apreciación del peso y la misma debilidad de la demanda.
En definitiva, el IPOM de junio ratifica el débil crecimiento de la economía chilena, recortando en ¼ de punto el rango de crecimiento para el año. Hace especial énfasis a la importancia de los equilibrios macro, resaltando las mayores holguras alcanzadas en el sector externo, y al rol que le cabe a la política monetaria y también a la fiscal, en concordancia con la regla fiscal y los objetivos del Gobierno. El IPOM estima que el balance de riesgos está equilibrado para la inflación y para la actividad. A nuestro parecer, se ha puesto en relieve la debilidad de las expectativas de empresas y consumidores y su capacidad para balancear para mal o para bien el crecimiento de la segunda parte del año. Las proyecciones de crecimiento, que según nuestros cálculos, apuntan a un 2,7% para 2015, no podrían concretarse bajo el escenario de expectativas tal cual ha estado en los primeros meses de 2015. El informe deja planteado el desafío sobre expectativas en su sentido más amplio.
Fuente: Prensa Cámara de Comercio de Santiago.